Deja su país para irse a vivir en España con su perro en una furgoneta camperizada: "Realmente no cuesta nada"
Un estilo de vida basado en la libertad y el deseo de recorrer destinos.
Cada vez más personas están dejando atrás la vida tradicional para abrazar un estilo más libre y minimalista: el de los nómadas sobre ruedas. Viajan sin prisas, viviendo en autocaravanas que se convierten en su casa en cualquier parte del mundo. Esto le ocurrió a un joven irlandés de 27 años que convirtió una vieja furgoneta en su hogar en apenas cuatro meses y se mudó a la costa de España junto a su perra, Tezza.
Dean Maher, natural de Tramore, tomó esta decisión impulsado por el deseo de no volver a dejar a su mascota sola en casa cuando viajara. Una vez el joven se fue de viaje de esquí a Italia y dejó a Tezza al cuidado de su madre. "Mi pobre perra estaba deprimida y miraba por la ventana todos los días esperando a que volviera a casa”, explica en declaraciones recogidas por Kildare Now, por lo que decidió nunca más volver a separarse del animal.
El irlandés compró la furgoneta a su vecino por tan solo 1.000 euros, pero esta se encontraba bastante mohosa y llena de musgo, por lo que hacía falta un lavado a fondo. Estuvo cuatro meses acondicionando el vehículo aprovechando su experiencia como fontanero y su habilidad en arreglos mecánicos. "La verdad es que fue una experiencia muy divertida", dijo Dean cuando le preguntaron por la camperización de la furgoneta.
Los mejores meses de su vida
Tras convertir el vehículo en su nuevo hogar, Dean pasó cuatro meses recorriendo playas y ciudades españolas con la perra. Recuerda con especial cariño sus días junto al mar, aunque admite que en verano algunas noches fueron complicadas por el calor. "Tenía que quedarme junto a la playa y pasar el día entero en el agua... pero fueron los mejores cuatro meses de mi vida", cuenta orgulloso.
Más allá del relato personal, España se ha consolidado como un destino popular entre quienes optan por vivir viajando: la variedad de rutas costeras, áreas de servicio para autocaravanas y la amplia oferta de campings hacen del país un imán para la comunidad nómada. Dean reconoce las dificultades económicas que empujan a algunas personas a vivir en la parte trasera de un vehículo, pero asegura que desde el punto de vista de los viajes es “absolutamente genial”.
“Realmente no cuesta nada… solo tienes que echarle diésel, comprar una barbacoa desechable, cocinar en la playa y despertar con el amanecer”, explicó al contar su experiencia. Dean ya ha pasado a una furgoneta mayor, ya que la primera no tenía baño ni ducha, y no descarta seguir recorriendo la península. Su historia es tan solo un reflejo de que cada vez más jóvenes europeos experimentan con estos nuevos estilos de vida y el deseo de libertad.