No es la Seo ni el Pilar: esta catedral de estilo mudéjar fue la primera de Aragón en ser Patrimonio de la Humanidad
Una fusión cultural cristiano–islámica que dio origen al arte mudéjar en Aragón.

Aragón atesora un fascinante legado arquitectónico donde se alzan catedrales tan singulares como imponentes, muchas de ellas reconocidas como Patrimonio de la Humanidad. Sus muros guardan historias de fusión cultural y riqueza ornamental, desde torres mudéjares revestidas de cerámica hasta fachadas góticas que desafían el paso del tiempo. Pero ¿sabes cuál fue la primera catedral en conseguir este reconocimiento?
Muy contrario a lo que muchos puedan creer, antes que la catedral del Salvador, popularmente conocida como La Seo, y la catedral-basílica de Nuestra Señora del Pilar hubo otro gran templo que llamó la atención de la UNESCO por su valor histórico, artístico y cultural. Se trata de la catedral de Santa María de Mediavilla, una joya mudéjar erigida entre los siglos XII y XIII en pleno corazón de Teruel.
Tras varias reformas y ampliaciones, este edificio llegó a su máxima expresión, consiguiendo ser reconocida como Patrimonio de la Humanidad en 1986. Esto le valió para convertirse en la primera construcción aragonesa en recibir esta distinción gracias a la excelencia de su torre, su cimborrio y su espectacular artesonado de madera. De hecho, la riqueza de su techumbre es la razón por la que al conjunto se le conoce como la ‘Capilla Sixtina del arte mudéjar’.
Un templo de gran riqueza
La catedral de Teruel es una de las dos únicas catedrales españolas edificadas siguiendo los cánones mudéjares, junto al conjunto religioso de Tarazona, siendo un testigo de la fusión de los elementos artísticos musulmanes con estilos cristianos. Sus orígenes se remontan a 1171, cuando el templo se comenzó a construir con trazos románicos, y se terminó de levantar casi un siglo después con la inauguración de la torre mudéjar.
Más tarde, en el siglo XIV se incorporaron ciertas influencias góticas, ya que se tiró abajo la mitad de los soportales y la nave central ganó luminosidad y amplitud. Además, en 1342 la primitiva parroquia ascendió a colegiata, lo que promovió la erección de la famosa techumbre que hoy llama tanto la atención de visitantes y estudiosos. Este conjunto visual combina policromía original con motivos geométricos y florales de gran complejidad.
Ya en 1587, con la creación de la diócesis de Teruel, la colegiata de Santa María de Mediavilla se convirtió oficialmente en catedral. Por ello, en los inicios de siglo XVIII se elevaron el cimborrio y se añadieron varias capillas y dependencias neoclásicas, tapándose incluso la techumbre con un falso techo que, curiosamente, la protegió de las inclemencias ambientales y climatológicas.
Hoy en día, la catedral no solo es un lugar de culto, sino también un destino imprescindible para quienes buscan aprender más sobre la fusión cultural cristiano–islámica que dio origen al arte mudéjar en Aragón. Con casi ocho siglos de historia a sus espaldas y un techo de 32 metros de largo, la catedral de Santa María de Mediavilla sigue fascinando por su originalidad y maestría, liderando la lista de monumentos aragoneses protegidos por la UNESCO.