Los viajes para ricos más extraños que también pueden acabar en tragedia

Los viajes para ricos más extraños que también pueden acabar en tragedia

Más allá de bajar al pecio del 'Titanic'.

Ilustración de una niña mirando por la ventana de una nave espacial.Getty Images/iStockphoto

Tras el trágico suceso de la implosión del submarino turístico Titán, cuando bajaba a los restos del naufragio del Titanic, lo que a priori se trataban de prácticas conocidas sólo en las altas esferas está trascendiendo informativamente a todos los estratos de la sociedad. Hablamos del turismo de lujo, de expediciones o viajes sólo al alcance de muy pocos bolsillos, y, frente a lo que se pueda pensar, algunos de estos destinos pueden ser tan peligrosos como la travesía hasta el icónico pecio.

El elevado precio que había que desembolsar para visitar los restos de Titanic fue de lo primero que llamó la atención al conocerse la desaparición del Titán. 250.000 dólares, unos 229.000 euros para un trayecto que abarca unas cinco horas de duración. No obstante, la cima de los viajes caros la ocupa el mayor deseo del ser humano desde que alzó la cabeza hacia las estrellas. 

El primer viaje de un turista al espacio lo protagonizó el estadounidense Dennis Tito, el 28 de abril de 2001, cuando puso rumbo a la Estación Espacial Internacional desde una lanzadera rusa Soyuz. Aquella primera experiencia costó la friolera de 20 millones de dólares y antes tuvo que prepararse a través de un entrenamiento digno del de un astronauta. 

La realidad es que a pesar de que se paguen cifras desorbitadas, eso no quiere decir que la seguridad sea equivalente al coste. El espacio exterior, ya sea desde un traje flotando o dentro de la nave, se conforma como el escenario más peligroso para el ser humano. Cualquier mínimo error puede suponer la muerte y a ello hay que sumar la dificultad de tener que adiestrar a una persona normal y corriente -bueno, a pesar de ser multimillonario- en una formación reservada para la élite, los astronautas.

En tierra firme... pero alta

El otro gran clásico es en tierra firme, pero a una altura que hace dispararse tanto el precio como las posibilidades de no tener que hacer uso del billete de vuelta. Se trata de los viajes al Everest, lo que puede suponer desembolsar una cantidad que oscila entre los  35.000 y 135.000 euros por persona, según El Periódico de España

Citan el caso de Alpine Ascents International, que por un pago de 65.000 euros ofrece este amplio abanico: comida, acceso a médico en campo base, transporte en Nepal, el  el equipo necesario, sherpas y porteadores, conexión wifi y un necesario entrenamiento previo al ascenso al pico en el que han perdido la vida reputados y veteranos escaladores.