La izquierda debería abrazar el decrecimiento

La izquierda debería abrazar el decrecimiento

La izquierda tiene que liberarse del imaginario del crecimiento. El crecimiento perpetuo es una idea absurda. Forma parte esencial del capitalismo. Es lo que el capitalismo, necesita, conoce y hace. Las políticas de izquierda nunca consistieron en aumentos cuantitativos del valor de cambio en abstracto. Consistían en punto específicos, en valores concretos de uso: el empleo, un salario digno, unas condiciones dignas de vida, un medio ambiente sano, la educación, la salud pública o agua potable para todos.
La guerra de la bicicleta

La guerra de la bicicleta

España es uno de esos países que, en comparación con sus homólogos europeos, va tarde en la inclusión de medidas que fomenten la bici; esto significa que a día de hoy no tenemos un Plan Nacional de la Bicicleta, infraestructuras nacionales o campañas de sensibilización para incentivar su uso;
El último río sin presas de la Sierra Madre está amenazado

El último río sin presas de la Sierra Madre está amenazado

A mediados de septiembre de 2014 la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales de México autorizó la construcción de la hidroeléctrica Las Cruces en el río San Pedro Mezquital. Pueblos indígenas, comunidades rurales, representantes de la academia, grupos ecologistas y defensores de los derechos humanos han unidos sus voces en contra de la presa.
La agroecología: otro modo de entender la agricultura

La agroecología: otro modo de entender la agricultura

Defino la agroecología, ante todo, como una mentalidad, una voluntad, y también una forma de optimismo y de confianza en los recursos de la propia naturaleza y en la inteligencia de los hombres. No se trata de una visión angelical o marginal, es simplemente la convicción de que no siempre utilizamos el potencial que la naturaleza nos ofrece para regularse a sí misma.
Lo que he aprendido tras un año sin ducharme

Lo que he aprendido tras un año sin ducharme

Pasé los primeros cien días de viaje en bici sin ducharme, tal y como me había propuesto. Pero como todo iba tan bien, decidí seguir con el ciclo anti-ducha. Me propuse llegar a los seis meses, y cuando llegó ese día, me di cuenta de que podría estar un año entero sin ducharme.