espectaculos

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Más plumas que nadie: la última 'supervedette'

Más plumas que nadie: la última 'supervedette'

La revista fue un género cuyos mayores triunfos estaban en burlarse de una censura feroz que no permitía, ni grandes exhibiciones carnales, ni frases o comentarios tanto de índole sexual como política. Con la llegada de la democracia y la apertura cultural, empezó a verse como populachera, banal y algo casposa. Pero hay unas cuantas mujeres que defienden su firme candidatura a ocupar el trono, ya algo polvoriento y deslucido, de la última supervedette.
Romance

Romance

Tu relación con los demás no debería ser de mi incumbencia. Pero es que eres especial. La mayoría piensa lo mismo. De unos años hasta la fecha te has ganado un lugar importante en mi corazón. Para tranquilidad tuya, si es que significa algo esta declaración, me siento correspondida. Soy de las que he podido tenerte sin pedir nada a cambio.
Lo que nunca te conté ni te canté

Lo que nunca te conté ni te canté

Madrid tiene su Frinje, con jota. Festival que, a pesar del calor veraniego con el que siempre coincide, atrae una marea de profesionales, jóvenes en edad y/o en espíritu, a las Naves del Matadero de Madrid, y que a poco que uno se deje, es capaz de ofrecerle belleza y emociones.
Madrid, ¿plató de cine?

Madrid, ¿plató de cine?

¿Por qué no rodar más en las calles, en los parques y en las plazas de nuestras ciudades y pueblos? Simplemente, ¿por qué no rodar? Madrid, lugar donde nací, se merece ser protagonista de nuestros sueños, de nuestra mirada a través de una pantalla. Y poder disfrutar de este espectáculo con la gente, con la familia, amigos y vecinos.
Fuimos otro país

Fuimos otro país

Llevamos tres años de desmontaje del Estado social que había comenzado a construirse en España. Un tsunami que todavía trata con saña de destruir el teatro, el cine, la industria editorial, la cultura en general... pero también la educación pública, la sanidad pública...
El hombre que nunca decía que no

El hombre que nunca decía que no

La primera vez que oí hablar de José Luis Borau ya me sentí muy orgulloso de él. Fue en septiembre de 1975, cuando la tele anunció que un director zaragozano había ganado la Concha de Oro de San Sebastián. Yo tenía 13 años y estaba enfermo de cine.