Noelia, lee el protágoras de Platón
¿Noelia dimitió por no tener estudios universitarios o por mentir diciendo que los tenía? Y las redes fueron unánimes: es la mentira lo que la condenó.

Mejor que haya dimitido Noelia Núñez. Mejor para el Congreso de los Congresistas, que se libra de una hiedra trepadora tóxica. Mejor para la política nacional en general, que por veinticuatro horas parece haber recuperado la normalidad. Y, sobre todo, mejor para mí, que me veía abocado a escribir una columna obvia y elemental para exigir una dimisión obvia y elemental. Por el contrario, tras el cese, digo, tras la renuncia, el tema mutó a una derivada mucho más interesante: ¿Noelia dimitió por no tener estudios universitarios o por mentir diciendo que los tenía? Y las redes fueron unánimes: es la mentira lo que la condenó. Pedir preparación académica a un político es clasista. Para ser un buen político basta con ser honrado. ¿Seguro? ¡Bien! Sobre esto sí puedo hacerme preguntas con enjundia.
Por ejemplo, ¿debería saber Historia Internacional un ministro de Asuntos Exteriores? ¿Se puede ser un buen ministro de esta cartera sin conocer el Imperio Romano, o el Español, o el Soviético? ¿Basta con tener un corazón que no te cabe en el pecho para encabezar el Ministerio de Industria? “Todos los que le conocen dicen que nunca miente, que jamás robaría, en otros cargos anteriores demostró una estricta honradez; así que tiene el perfíl perfecto para ser el Comisionado Especial del Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica de la Descarbonización”. ¿Puede ser ministra de Sanidad alguien que crea que los antibióticos acaban con los virus? ¿Director General de Armamento y Material alguien que no sepa nombrar cinco guerras de los últimos cien años?
Basta con ser honesto para tener un cargo político en general, pero son necesarios estudios para tener un cargo político en particular. Ole. ¿Se puede ser un magnífico ministro sin formación academica? ¡Claro! ¿Puede nombrarme un ministerio que se pueda dirigir sin formación académica? Eh… no sé. Por supuesto que la enseñanza universitaria no es la única vía de adquisición de la formación requerida para las labores políticas. Pero los que han proclamado estos días el carácter innecesario de la formación universitaria para este fin lo han hecho por puro desprecio del conocimiento en general. El narcisismo neoliberal abomina del esfuerzo del estudio —lo más democrático y menos clasista que existe— y lo confía todo a aspectos personales voluntaristas de una moral basada en emociones muy básicas.
Y no es así. La realidad no se mueve por voluntades individuales que cambien con un mero golpe de ánimo, por mucho que nos emocione nuestro cantautor favorito. No saber esto es la causa por la que todos los ímpetus juveniles para cambiar el mundo fracasan. Todos se basan en creer que las cosas ocurren porque sí, e igual que son de una forma podrían ser de otra. Es simple ignorancia y hay que corregirla con estudio. Sea la maldad simple ignorancia —como decía Sócrates— o sea la ignorancia simple maldad —como digo yo—, para ordenar un país no basta con la bondad personal que sí bastaría para ordenar un grupo de whatsapp. Ahora que Núñez va a tener tiempo para terminar la carrera, a lo mejor también encuentra un hueco para leer el “Protágoras” de Platón. Trata sobre esto y saberlo la convertirá en mejor política.
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