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Solo el arte salva al arte

Solo el arte salva al arte 

Contra la tónica dominante en el reggaeton, Ramos se abre a narrativas más fenoménicas, a medio camino entre los novísimos y la poesía de la experiencia.

Sergio Ramos en el videoclip de 'Cibeles'.YouTube/Little Spain

Fruto de su permanente exploración literaria, Sergio Ramos ha entregado esta semana “Cibeles”, una cumbre artística que no ha decepcionado a los que intuíamos bajo la figura del popular jugador de fútbol a un lúcido y valiente cronista de los atascos vitales propios de la sociedad del cansancio sobre la que ha reflexionado y la sociedad de la ligereza sobre la que ha escrito Lipovetsky. Contra la tónica dominante en el reggaeton, Ramos se abre a narrativas más fenoménicas, a medio camino entre los novísimos y la poesía de la experiencia. Sin miedo a afrontar la obsesión —es inevitable recordar a Kierkegaard durante buena parte del tema—, el artista crea una red de sugerencias alrededor de su radical aforismo, epítome de la angustia existencial: “te olvidaste de mí / me dejaste de lao”.

“Cibeles” se nutre de una arriesgada apuesta —perfectamente consciente y planeada— por el minimalismo lingüístico, que nos sitúa al borde del haiku: “tú me amaste / y yo te amé / pero siempre alguien da más”. Y, a la vez, la austeridad estilística se combina con contenidos desgarradores que no pueden ocultar la influencia de Capote: “yo mataba por ti / sangre y sudor te di”. En cada nueva escucha de “Cibeles” se descubren nuevos hallazgos: esos versos casi expresionistas que combinan precisión y pulsión —“un partido dura noventa / y te di noventa y tres más de la cuenta”—, esa capacidad para la sugerencia sutil, heredera del último Machado, que exige del espectador un trabajo activo para descifrar levísimos apuntes —“que nadie es imprescindible / la vida te enseña”—…

Por supuesto, no han tardado en aparecer los críticos sublimes y divinos que, desde sus torres de marfil, desprecian la obra de Ramos dada su carencia de pedigrís académicos y su ausencia de cenáculos exclusivos. Peor para ellos, que pronto se unirán en el olvido a aquellos analistas que en su momento despreciaron a Kafka o a Klimt. También se rieron de Fo en su momento y ahora Darío Fo se ríe de todos ellos desde la tumba. El arte de Ramos sí es de este mundo, y quizá lo que no se le perdona es que sepa compatibilizar sin problemas el más alto lirismo prerrafaelita —“te puse corona / tú me pusiste alas / no sabía que era para que me alejara”— con una postura inequívoca ante los problemas de nos retan moralmente desde los titulares de las noticias —“prefiero morir de pie / que vivir arrodillao”—.

Como ocurre con las obras que están llamadas a ser clásicas, “Cibeles” inicia ahora un largo recorrido, de muchas décadas, incluso siglos, en donde irá quedando claro su valor como un hito histórico que permite comprender el presente y despliega toda su potencia marcando sin ambigüedades el curso que tomará el arte en el futuro. Hemos sido testigos de este momento, aunque la mayoría de nosotros no viviremos para asistir a todas sus repercusiones. ¿Están muertas las vanguardias? ¿Puede la fenomenología redimir los pecados del alma humana? Sergio Ramos ofrece respuesta a estas y otras muchas cuestiones en un verso de “Cibeles” que hace aparecer ante nuestros ojos un bosque inabarcable de derivadas: “espero que te vaya bien / aunque sin ti me siento mal”. Solo el arte salva al arte.

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MOSTRAR BIOGRAFíA

Licenciado en Filosofía y doctor en Psicología. Es profesor titular de Psicología Clínica de la Universidad de Oviedo desde antes de que nacieran sus alumnos actuales, lo que le causa mucho desasosiego. Durante las últimas décadas ha publicado varias docenas de artículos científicos en revistas nacionales e internacionales sobre psicología, siendo sus temas más trabajados la conformación del yo en la ciudad actual y la dinámica de las emociones desde una perspectiva contextualista. Bajo la firma de Antonio Rico, ha publicado varios miles de columnas de crítica sobre televisión, cine, música y cosas así en los periódicos del grupo Prensa Ibérica, en publicaciones de 'El Terrat' y en la revista 'Mongolia'.