Tener principios y ganar elecciones
Si lo que está en juego es el poder, Feijóo pasará por las horcas caudinas de su compañero de viaje.
Como es bien sabido, este domingo se celebran unas nuevas elecciones autonómicas en Extremadura. La presidenta extremeña manifestó cuando anunciaba el adelantamiento que la razón era la imposibilidad de pactar unos presupuestos públicos para 2026 a causa de la cerrazón de VOX, la única formación de la cámara que podía estar dispuesta a respaldar a los conservadores. Declaraciones posteriores de María Guardiola y de su jefe de filas Alberto Núñez aseguraron enfáticamente que la súbita decisión tenía un doble motivo: de un lado, la convocatoria pretendía ser una lección ética para Vox, ya que Guardiola jamás habría aceptado plegarse a las exigencias indecorosas de la extrema derecha; de otro lado, la decisión pretendía dejar en evidencia a Pedro Sánchez, quien, pese a la práctica imposibilidad de sacar adelante unos nuevos presupuestos del Estado, no solo no se plantea convocar elecciones sino que se reafirma en su propósito de agotar la legislatura.
Algún espectador quedó ya perplejo ante este discurso ya que en las elecciones pasadas Guardiola prometió en campaña no vincularse jamás a los extremistas de VOX, pero bastó una indicación de Génova para que su posición cambiara radicalmente.
Considerados aisladamente, los dos argumentos mencionados podrían resultar convincentes pero si se sitúan en su contexto y se relacionan entre sí quedan reducidos a pura demagogia. De hecho, estas elecciones abren una secuencia en que tendrán lugar elecciones anticipadas en Aragón en febrero (las encuestas anticipan una amplia mayoría del PP en la región) y, por concluir la legislatura respectiva, también las habrá en Castilla-León en marzo y en Andalucía en junio.
Veamos más a fondo la situación: el 3 de noviembre pasado dimitía el presidente valenciano, Carlos Mazón, después de un patético intento de permanecer en el cargo a pesar de su dolosa y repulsiva inhibición en la DANA del 29 de octubre de 2024; su ausencia fue un elemento claro en la gran siniestralidad del episodio. Si Mazón hubiera estado en el puesto de mando advirtiendo a la ciudadanía, la gran borrasca hubiera sido casi inofensiva.
Tras una dimisión tan traumática, forzada por un auténtico clamor ciudadano, lo lógico hubiera sido convocar elecciones autonómicas para dar la palabra a la gente. Pero, como es sabido, el PP ha preferido postular al número 2 de Mazón, Pérez Llorca. En este caso, Vox ya había ganado su puja con anticipación: Mazón pactó sin dificultad con la ultraderecha los presupuestos a cambio de algunas concesiones vergonzosas sobre inmigración, violencia de género y memoria histórica. Así las cosas, la tesis de Guardiola de no querer pactar unos presupuestos con Vox por no aceptar unas tesis que ya ha admitido el PP en Valencia deja de ser efectiva. Y esta impresión se refuerza si se toma en cuenta que en Baleares, el PP está negociando con VOX unos nuevos presupuestos, y aunque no parece que vayan a conseguirse, nadie plantea siquiera la posibilidad e adelantar elecciones: según las encuestas, la posición electoral del PP es precaria y la plaza podría perderse.
Así las cosas, las consecuencias de lo narrado son una obviedad, que demuestra que la vara de medir del PP está trucada y cambia según la coyuntura. En primer lugar, el PP remolonea a la hora de pactar con VOX pero si el acuerdo es necesario para la supervivencia política, se hace un gran sacrificio y se pasa por el aro.
En segundo lugar, es incierto que el PP considere que el gobierno que no logra aprobar unos presupuestos anuales debe convocar elecciones. En Baleares, no hay síntoma alguno de que esta bella teoría vaya aplicarse. Y ya verán como la norma se aplica en los sucesivo según convenga.
Todo ello conduce a una inquietante reflexión final: aunque pueda creerse cierto rechazo político y moral de Partido Popular con respeto a las tesis programáticas más extremas de VOX, es ya un hecho acreditado que si lo que está en juego es el poder, Feijóo pasará por las horcas caudinas de su compañero de viaje. Por eso es tan delicado votar en las actuales circunstancias.