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Uso Instagram, luego existo

Uso Instagram, luego existo

Digámoslo claramente: el mundo no está gobernado por la familia Rothschild. Ni por los Illuminati. No es la dinámica de la lucha de clases ni de la lucha de imperios.

Una persona sacando una foto, para luego subirla a Instagram, de sus idílicas vacaciones.
Una persona sacando una foto, para luego subirla a Instagram, de sus idílicas vacaciones.Getty Images

Desconfiando de todo, en la recluida soledad de su celda, René Descartes decidió emprender un proyecto filosófico radical que partiera de la duda sistemática de todo lo que pareciera cierto, hasta encontrar una afirmación que llevara en sí misma la necesidad de su verdad, un principio inamovible, totalmente seguro, sobre el que construir su pensamiento. Comenzó rechazando cualquier afirmación de tipo empírico que procediera de sus sentidos —“el hielo se derrite con el calor”, “los días y las noches se suceden los unos a las otras”—, ya que podrían ser máquinas y trazas dispuestas por un genio maligno con el fin de engañarle. Tampoco, de momento, la existencia de Dios podría ser la piedra fundadora de su filosofía, ya que, por muy cierta que fuera, no era necesaria en sí misma sin más premisa.

Descartes creyó haber encontrado la solución cuando entendió que el pensamiento exige la existencia del pensador, y que no hay ilusión capaz de provocar ese engaño. Febrilmente eufórico tomó su móvil y fotografió los dos muffins de espelta y arándanos con un brew frappé de té matcha orgánico que estaba a punto de tomar. Se dispuso a subir la foto a Instagram con el texto: “Por fin lo he encontrado: en plan el principio universal del conocimiento humano. Pienso, luego existo. Literal. PEC”. Pero se detuvo al darse cuenta de que todavía había un axioma anterior a éste. ¿“Pienso”? ¿Seguro que esto es pensar? Hay algo aún más cierto, más indubitable. “Uso Instagram, luego existo”. Como Descartes hablaba latín, lo instagrameó en dicha lengua: “Instagramum, ergo sum”.

El filósofo francés es considerado con razón el fundador del pensamiento moderno occidental. La influencia de su obra ha ido en aumento, aunque no ha sido hasta este momento en donde ha alcanzado todo su apogeo. Digámoslo claramente: el mundo no está gobernado por la familia Rothschild. Ni por los Illuminati. No es la dinámica de la lucha de clases ni de la lucha de imperios. Se sea más o menos conspiranoico, se convendrá que el planeta está en poder de Instagram. Instagram es la medida de todas las cosas: de las que son, en tanto que aparecen en Instagram; de las que no son, en tanto que no aparecen en Instagram. Tanto ontológica como epistemológicamente, nada existe fuera de Instagram; y si algo existiera fuera de Instagram, no se podría conocer.

Instagram ha moldeado los bares, los horrorosos carteles con los nombres de las ciudades que de pronto han invadido las plazas mayores, la ropa, el Camino de Santiago, las Hermandades de Donantes de Sangre, el mundo de las mascotas, el mindfulness, la decoración de interiores, la gastronomía local, los Juegos Florales, la cultura del hip-hop y la forma de estar tumbado en la playa. Instagram se ha convertido en la razón de ser de los viajes veraniegos y los desayunos al aire libre, hasta el punto de que mucha gente se olvida de comérselos tras subir la story. Apareció como nuestra herramienta, ahora nosotros lo somos de él. Mira, de verdad, ya no soporto más este coñazo. (Si te gustado esta columna, dale like y sígueme en IG: @jose__errasti).

MOSTRAR BIOGRAFíA

Licenciado en Filosofía y doctor en Psicología. Es profesor titular de Psicología Clínica de la Universidad de Oviedo desde antes de que nacieran sus alumnos actuales, lo que le causa mucho desasosiego. Durante las últimas décadas ha publicado varias docenas de artículos científicos en revistas nacionales e internacionales sobre psicología, siendo sus temas más trabajados la conformación del yo en la ciudad actual y la dinámica de las emociones desde una perspectiva contextualista. Bajo la firma de Antonio Rico, ha publicado varios miles de columnas de crítica sobre televisión, cine, música y cosas así en los periódicos del grupo Prensa Ibérica, en publicaciones de 'El Terrat' y en la revista 'Mongolia'.