Alertan sobre el pez monstruoso invasor que lo devora todo: hasta los perros corren peligro
"Nos enfrentamos a un problema trascendental. Crecí en este lago y me parte el corazón ver lo que está pasando".

El Lago de Garda, uno de los destinos turísticos más emblemáticos del norte de Italia, enfrenta una amenaza silenciosa pero creciente: la proliferación descontrolada del pez gato, también conocido como siluro o torpedo. Esta especie invasora, capaz de alcanzar longitudes superiores a los tres metros, está alterando gravemente el equilibrio ecológico del mayor lago italiano. Así lo recoge el diario alemán Frankfurter Rundschau.
El siluro, originario de Europa del Este, ha encontrado en el Lago de Garda un entorno ideal para su expansión: aguas templadas, abundante alimento y la ausencia de depredadores naturales. Estas condiciones han favorecido su reproducción masiva, generando preocupación entre pescadores, ecologistas y autoridades locales.
Según expertos como Marco Brognoli, pescador con más de cuatro décadas de experiencia en el lago, los ejemplares de gran tamaño ya no son una rareza. "Hoy en día es habitual encontrar peces de más de dos metros. Hace unos años, esto era impensable", afirma. En una sola jornada de pesca, Brognoli y su equipo capturaron 14 siluros a 200 metros de la costa.
Perros en la orilla... ¿en peligro?
El crecimiento desmedido del pez gato está teniendo consecuencias directas sobre la biodiversidad del lago. Esta especie depredadora consume desde peces autóctonos hasta aves acuáticas como patos y cormoranes. Incluso se ha advertido que animales domésticos, como perros pequeños, podrían estar en riesgo si se acercan demasiado a las orillas.
El desequilibrio generado por esta súper depredación amenaza con replicar lo ocurrido en otros ecosistemas italianos, como los lagos de Mantua, donde el siluro ha desplazado a especies nativas y alterado la cadena trófica de forma irreversible.
A pesar de los esfuerzos de los pescadores locales, contener la expansión del pez gato requiere una estrategia institucional. Brognoli propone la creación de centros de recolección y eliminación, similares a los utilizados para el control de jabalíes en zonas rurales. El coste de capturar un solo ejemplar puede ser elevado: el último siluro atrapado rompió tres cañas de pescar, valoradas en 180 euros.
Según recoge el citado artículo, la intervención de las autoridades regionales y provinciales es clave para implementar medidas de control efectivas, que incluyan monitoreo con sonar, campañas de pesca selectiva y programas de concienciación ambiental.
¡Mantente al día con El HuffPost! Sigue todas las noticias desde tu móvil en nuestra APP. Puedes descargarla tanto para Android como iOS.