Confirman que el eje de rotación de la Tierra está desplazándose por el derretimiento de los polos
Calculan que se podrá desplazar hasta 27 metros.

Un nuevo estudio científico advierte que el eje de rotación de la Tierra está cambiando de posición a causa del deshielo acelerado en Groenlandia y la Antártida. Según los expertos, para finales de este siglo, se habrá desplazado hasta 27 metros respecto a su ubicación en 1900. Este fenómeno arrastra un cambio con consecuencias potencialmente serias para los sistemas de navegación global, la astronomía y la geodesia.
Publicado en la revista Geophysical Research Letters y liderado por investigadores del Instituto de Geodesia y Fotogrametría de la ETH de Zúrich, el estudio demuestra que el cambio climático ya está afectando el llamado movimiento polar, un bamboleo natural pero variable del eje terrestre.
El análisis, basado en modelos climáticos, datos satelitales y herramientas matemáticas, muestra que el escenario de altas emisiones (RCP8.5) podría provocar un desplazamiento de 27,4 metros del eje para el año 2100. Incluso en el escenario más optimista (RCP2.6), el cambio sería de unos 12 metros.
Groenlandia lidera el desequilibrio
El estudio identifica a Groenlandia como el principal motor de este fenómeno. Su deshielo masivo, que llega a alcanzar una pérdida anual estimada de 270.000 millones de toneladas, empuja el eje hacia el suroeste.
A la isla le sigue la Antártida, con un promedio de pérdida de 150.000 millones de toneladas anuales, y otros glaciares y acuíferos del planeta que también contribuyen al desequilibrio. Aunque el desplazamiento del eje no es perceptible en la vida cotidiana, su impacto técnico es considerable.
Todo depende de la estabilidad de ese eje imaginario que atraviesa los polos terrestres. Afecta tanto al funcionamiento de sistemas GPS y la orientación de telescopios espaciales como a la planificación de misiones interplanetarias o la precisión de los modelos gravitacionales.
Una deformación silenciosa
Los efectos indirectos tampoco son menores. Se prevé que este movimiento genere mareas polares, pequeñas deformaciones en la corteza terrestre que podrían provocar variaciones verticales del terreno de hasta 2,8 centímetros en zonas de latitud media, afectando y preocupando a las regiones costeras por aumento del nivel del mar.
Los científicos insisten en que ya no es una cuestión hipotética pues el eje de la Tierra se está desplazando, y seguirá haciéndolo. Si bien no puede detenerse del todo, su evolución futura dependerá del grado de éxito que se tenga en reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.