Investigadores valencianos analizan dos yacimientos excepcionales y dan con una colorida tradición de 25.000 años de antigüedad
Un equipo de investigación de la UV ha hallado evidencias del uso ininterrumpido de colorantes en el paleolítico superior en el sureste de la península ibérica.

Un equipo internacional de investigación de la Universitat de València (UV) ha hallado evidencias del uso ininterrumpido de colorantes en el paleolítico superior en el sureste de la península ibérica. Así lo han establecido los científicos tras estudiar los conjuntos de colorantes encontrados en dos yacimientos paleolíticos excepcionales: el de Finca Doña Martina y el de Abrigo de La Boja.
Ambos están situados en Mula (Murcia), y muestran un uso complejo de colorantes que persistió a lo largo del Paleolítico superior, según el trabajo publicado en la revista Journal of Archaeological Science. La investigación aporta así información sobre la explotación y el uso de estos materiales por parte de las sociedades de cazadores-recolectores que habitaron la región hace entre 37.000 y 10.000 años, según ha informado la institución académica en un comunicado.
"Los hallazgos de estos yacimientos ofrecen una oportunidad única para comprender los procesos de transmisión y evolución de prácticas culturales como el uso de colorantes, en un periodo decisivo para el desarrollo de culturas complejas", ha explicado Daniela Rosso, investigadora del Departamento de Prehistoria, Arqueología e Historia Antigua de la UV, según ha publicado la agencia Europa Press.
Según muestran los resultados del estudio, los habitantes de estos yacimientos utilizaban colorantes ricos en óxidos de hierro (rojos) de manera continua desde el auriñaciense hasta el magdaleniense. Ya en las etapas finales del paleolítico superior (epipaleolítico) se comienza a regisrtar una dismininución en el uso de estos colorantes.
Con el tiempo probablemente hubo una evolución en cuanto a las fuentes de aprovisionamiento, el acceso a los afloramientos o las redes de intercambio, que durante el magdaleniense pudieron ser "más diversas". El uso del color se considera un "indicador clave de conductas complejas" y es una característica de los yacimientos del paleolítico superior.
La investigación de este rasgo cultural se ha centrado en los últimos años en el arte parietal, sobre todo en la composición y la procedencia de los pigmentos. "Nuestros resultados no solo amplían nuestra comprensión del uso de colorantes en contextos de hábitat, sino que también ofrecen valiosas informaciones sobre los mecanismos de transmisión y sobre la evolución de prácticas culturales en un momento crucial para el desarrollo de sociedades complejas", ha señalado Rosso.
