783 millones de personas pasan hambre en todo el planeta, según Naciones Unidas. Sin embargo, 1,17 millones de toneladas de comida se tiraron a la basura en 2022 en España. Cada hogar desperdició una media de 65,5 kilos de alimentos o bebidas. 

Ante este despropósito, muchas asociaciones intentan concienciar a la población para que no tiren alimentos a la basura. Existen, por ejemplo, los denominados 'bancos de alimentos', donde la gente puede dejar comida (en general, imperecedera) para destinar a los más desfavorecidos.

Fomentando el espíritu solidario, el objetivo de los Bancos de Alimentos es recuperar excedentes en perfectas condiciones de consumo y redistribuirlos gratuitamente a través de entidades benéficas a las personas desfavorecidas. Así, además de evitar el mal uso de los alimentos, también se lucha contra el desperdicio y se favorece el medio ambiente.

Cada gesto cuenta. Laima Džemedžionienė, una lituana que es voluntaria en el "Banco de Alimentos", ha contado al diario lrytas.lt que unos novios decidieron celebrar su boda sirviendo a sus invitados comida a punto de caducar y recogida por su organización. "La comida no se pone mala por estar a punto de caducar. Es segura y adecuada, no solo para las mesas de las personas necesitadas, sino también para las celebraciones más importantes de la vida. Realmente espero que cada vez aparezcan más prácticas de este tipo en Lituania", afirma Laima.

Otra boda en Inglaterra que sirvió comida a punto de caducar, también tuvo otros guiños en esta misma línea del ecologismo y la sostenibilidad: mantener las luces encendidas sólo durante una hora, utilizar ropa y anillos de segunda mano, e incluso recurrir también a adornos fabricados con materiales desechados.