Avalancha de propietarios que rechazan posibles inquilinos por pedir este derecho básico
La falta de viviendas ha hecho que los caseros impongan sus propios requisitos a los candidatos a alquilar una casa.

Según el último informe de idealista, el precio del alquiler en España subió un 11,5% durante 2024, hasta cerrar en diciembre con una media de 13,5 euros/m2, máximo histórico.
Si bien los precios del alquiler se encarecieron en todas las comunidades autónomas en el último año, la Comunidad de Madrid ocupa, con diferencia, la posición más alta con u alza interanual del 16,4%.
A Madrid le siguen Cataluña y la Comunidad Valenciana, con subidas del 12,4% y del 12,1%, respectivamente. Por encima del promedio también se sitúan Asturias (12,1%) y Cantabria (11,6%). En el otro extremo de la lista, La Rioja es la región con el incremento más modesto, del 6%, a la que siguieron Navarra (6,6%), Murcia (8,2%), Aragón (8,6%) y Euskadi (9%).
Ante esta situación, encontrar una casa se ha convertido en un grave problema para muchos ciudadanos. Y ya no sólo por un asunto económico: la falta de viviendas ha hecho que los caseros impongan sus propios requisitos a los candidatos a alquilar una casa. Y algunas de esas exigencias son sorprendentes.
Según cuenta el medio rumano click.ro, los fumadores suelen ser rechazados porque el humo del cigarrillo puede dejar marcas visibles en las paredes y los muebles, y la renovación necesaria después de que se van puede suponer un coste adicional para el propietario.
Las mascotas, especialmente perros grandes o considerados peligrosos, son otro motivo frecuente de negativa a firmar un contrato de arrendamiento. Al igual que los inquilinos que muestren signos de abuso de alcohol o sustancias prohibidas pueden enfrentarse el rechazo inmediato de los propietarios que quieren evitar posibles conflictos o daños a la vivienda. Además, los inquilinos que no proporcionen garantías financieras adecuadas o que no puedan demostrar la estabilidad de unos ingresos estables podrán ser rechazados, incluso si están dispuestos a pagar el alquiler solicitado.
Por último, también son rechazados aquellos que no cumplan las normas de higiene o cuyos comportamientos se consideren de riesgo para la integridad de la vivienda.