Ayuso, la presidenta que recortó los derechos trans y que utiliza al colectivo para defender a Israel
La líder de la Comunidad de Madrid ha defendido la presencia de Israel en Eurovisión porque "los artistas o deportistas no pueden pagar por sus gobiernos o la politización".

"Israel llevó a la primera artista trans —Dana International— a ganar Eurovisión. Ha quedado entre el 2º y el 5º puesto en decenas de ocasiones con cantantes gays y con canciones en defensa del feminismo. Los artistas o deportistas no pueden pagar por sus gobiernos o por la politización. Perdemos todos", afirmaba la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, en relación con la noticia que ocupaba todos los titulares: España no participaría en el concurso en caso de que el país acusado de perpetrar un genocidio siguiera presente.
En las últimas semanas, la líder autonómica se ha posicionado en numerosas ocasiones a favor de Israel. El gesto más reciente fue durante la celebración de La Vuelta en Madrid, donde, consciente de las manifestaciones que habían logrado la suspensión de la competición, Ayuso abrazó, dio la mano e incluso posó en fotografías con el equipo israelí en señal de apoyo.
En sus últimas declaraciones en X, Ayuso defendió a Israel alegando que gracias a ese país una persona trans pudo ganar Eurovisión, además de recordar la participación de otros artistas LGBTI+. Sin embargo, estas afirmaciones contrastan directamente con las políticas que la presidenta autonómica ha impulsado en la Comunidad de Madrid en los últimos años.
"Estoy muy cabreada con la hipocresía y el oportunismo de los que esta persona es capaz", expresa Mar Cambrollé en conversación con El HuffPost. "Las personas trans nos negamos a formar parte del blanqueo de su política complaciente con el Estado genocida de Israel", añade de manera contundente.
La paradoja de sus declaraciones se enfrenta a la realidad de sus propias decisiones políticas. Bajo su mandato, Ayuso ha promovido reformas de las leyes autonómicas trans y LGBTI+ que supusieron un recorte sustancial respecto a los derechos reconocidos en la Ley de Identidad y Expresión de Género e Igualdad Social y no Discriminación, conocida como Ley Trans de Madrid, aprobada en 2016. Según sus palabras, el objetivo era "evitar la ingeniería social" y "proteger a los menores".
La reforma, aprobada en 2023 con el apoyo de Vox, eliminó el derecho de las personas trans a ser reconocidas por la identidad que expresaran libremente, además de imponer que los menores debieran pasar por procesos de hormonación, evaluaciones de salud mental e informes médicos favorables. Las medidas provocaron una fuerte protesta social, hasta que en abril de 2025 el Tribunal Constitucional anuló un artículo que restringía la capacidad de las asociaciones para personarse en procesos judiciales o administrativos.
"Ha sido la primera comunidad en seguir el hilo del odio hacia la población trans y en dar el mayor retroceso al colectivo en este periodo democrático. Además, en aspectos ya resueltos a nivel europeo, donde todas las recomendaciones y resoluciones hablan de autodeterminación", denuncia Cambrollé. "Este retroceso no es propio de una sociedad democrática y plural como lo es España".
La indignación del colectivo se acentúa al sentirse utilizado como argumento en medio de la situación en Gaza, que ha generado un rechazo global. "Esto es algo tan inhumano que, además, estamos viendo en directo: la crueldad contra tantos niños, las escuelas y hospitales bombardeados, el colapso por la falta de alimentos. No solo los matan con bombas, también con hambre", afirma Cambrollé, quien se repite una pregunta: "¿Cuántas personas tienen que morir para que se condene este genocidio?".
En relación con el debate sobre si el deporte y la cultura deben mantenerse al margen de la política, la activista es tajante: "Ni la cultura ni el deporte pueden ser espacios equidistantes ante esta barbarie, que no es otra cosa que un crimen contra la humanidad". Y añade: "La equidistancia no existe: el silencio nos hace cómplices". Al mismo tiempo, celebra las movilizaciones ciudadanas: "Me enorgullece que el pueblo español se levante contra la injusticia y espero que Fernando Grande-Marlaska tome medidas para que no se repita la brutalidad policial contra manifestantes que ejercen su derecho a la protesta pacífica".
Respecto al uso de las personas trans en el discurso de Ayuso, Cambrollé subraya el apoyo social con el que cuentan: "Existe un amplio consenso. Incluso cuando se tramitaba la ley, dos encuestas reflejaron que el 80% de la población española estaba a favor de estos derechos, incluyendo a personas de izquierdas, de centro y de derechas".
"Debería tener un alto coste político recortar esos derechos, como ha hecho Ayuso. Las sociedades son diversas, les guste o no a los representantes políticos y a ciertos sectores. La humanidad es diversa y cualquier Estado de derecho debe proteger a la ciudadanía sin distinción, como dice la Constitución, con independencia de la ideología, la orientación sexual, la raza o la identidad. Por eso, lo que hace Ayuso debería tener un alto coste político y la sociedad debería penalizarlo", concluye Cambrollé.
Las acciones de la presidenta de la Comunidad de Madrid en la última semana, tanto en La Vuelta como en sus declaraciones públicas, contrastan de manera evidente con la realidad que se refleja en las calles. Las declaraciones y gestos de Isabel Díaz Ayuso en defensa de Israel evidencian una contradicción profunda entre su discurso y las políticas aplicadas en su propia comunidad. Mientras se presenta como defensora de la diversidad en el ámbito internacional, sus reformas han supuesto un retroceso en los derechos del colectivo LGBTI+ en Madrid. Esta paradoja no solo genera indignación entre activistas y organizaciones sociales, sino que también abre un debate más amplio sobre la coherencia política, la instrumentalización de las minorías y el papel que deben jugar la cultura y el deporte ante contextos de violaciones de derechos humanos.
