Claves de Torre Pacheco: un clima de odio mezclado con el temor de un pueblo que pide paz
La agresión a un anciano en la localidad murciana ha despertado el odio visceral por parte de la extrema derecha, que ha orquestado "cacerías" contra los migrantes y que atemoriza a un pueblo que levanta la voz para pedir el fin de la violencia.

La agresión a un vecino de Torre Pacheco (Murcia), de 68 años, el pasado 9 de julio por parte de tres personas de nacionalidad extranjera fue la chispa que provocó un incendio que lleva tiempo gestándose entre la sociedad. El odio y el racismo han brotado en las calles de Torre Pacheco en los últimos días, donde altercados y comportamientos violentos han protagonizado la vida de un pueblo que reclama paz y un regreso a la cotidianidad. Todo ello sucedió escasos días después de que, casualmente, la formación de extrema derecha Vox anunciara su intención de deportar a 8 millones de personas —inmigrantes de primera y segunda generación— en caso de rozar el poder. Este cultivo de odio también se transmitió, y con mayor intensidad, a través de redes sociales donde diferentes grupos se orquestaron para "tomar cartas en el asunto" y movilizarse hacia el terreno.
El resultado de toda esta situación se tradujo en "cacerías" para ir contra los migrantes. Convocatorias por grupos de extrema derecha, como Deport Them Now, se organizaron para asistir a lo largo de los días a Torre Pacheco para "tomarse la justicia por su mano". "Los españoles no vamos a tolerar que toquen a nuestros mayores", manifestaban algunos de los mensajes en los grupos ultras de Telegram. Sin embargo, fuera de la pretensión de convertirse en el 'Batman moderno', residía un odio visceral alimentado por un mensaje que se lleva transmitiendo desde hace años. No sólo en España; los ejemplos más vivos de se han podido ver en Estados Unidos con Donald Trump, en Francia con Marine Le Pen o en Italia con Giorgia Meloni. En cada uno de esos casos, las deportaciones, la construcción de muros y la asociación de inseguridad con migración han ido cocinando a fuego lento un clima de permanente tensión.
A lo largo de esta semana, los altercados han ido in crescendo en los barrios de la localidad murciana. Entre ellos, algunos se caracterizan por ser predominantemente de presencia marroquí y es ahí donde centenares de jóvenes se han reunido para hacer guardias con el único objetivo de proteger sus viviendas y familias de las personas de extrema derecha que se han movilizado a la región.
Es el caso de San Antonio, donde, según informamos desde El HuffPost, los residentes marroquíes cubren sus rostros por el temor de ser identificados y perseguidos. "No lo hacemos porque tengamos nada que esconder, ni para que tengáis miedo, sino porque luego nos señalan y nos persiguen", explicaba uno de ellos a Héctor Juanatey y Sergi González que se encontraban en el terreno informando de todo lo que ha sucedido en las últimas horas.
Gas pimienta, persecuciones a marroquíes, destrozos en sus locales, agresiones y un sinfín de comportamientos violentos han sacudido los últimos días y noches a Torre Pacheco que se ha convertido en el foco informativo y de actualidad en las jornadas recientes. Cabe recordar que, al igual que otros territorios del sur de la península, esta es una zona donde incontables migrantes trabajan los campos. Esos mismos donde muchos españoles no están dispuestos a mancharse las manos y donde el mísero salario sólo es aceptado por aquellos que buscan una vida mejor de la que tuvieron, aquellos que intentan mantener a sus familias y seguir adelante
El discurso de odio sembrado en redes sociales finalmente se tradujo en una convocatoria por parte de la extrema derecha el pasado martes que se tradujo en un absoluto fracaso que apenas logró reunir a un centenar de personas. "Prácticamente había más periodistas que manifestantes en la plaza del Ayuntamiento de Torre Pacheco", aseguran los presentes a El HuffPost. Con ello, algunos comportamientos y actitudes se volvieron a repercutir entre los medios de comunicación que estaban haciendo su trabajo en el terreno y un pueblo que lleva atemorizado desde que los actos violentos campan por sus calles.
Fueron los casos de Televisión Española o de la Sexta, cuyos periodistas fueron increpados por los ultras que se concentraban en la plaza y protegidos por la Guardia Civil mientras realizaban la cobertura informativa de lo que estaba sucediendo. Insultos, descalificativos como "prensa española, manipuladora", empujones, lanzamientos de botellas o de agua fueron solo algunas de las cosas que padecieron. Un total de 130 agentes fueron movilizados para controlar un llamamiento que las fuerzas de seguridad lograron desactivar.
Estas jornadas de violencia se han traducido en un total de 13 detenidos —10 por los incidentes de los pasados días y 3 por la agresión al señor de 69 años— y un total de 23 denuncias. Además, en la movilización se han podido ver a personajes propios de los discursos de extrema derecha que infunden su mensaje a través de redes sociales como el agitador Vito Quiles, que también protagoniza sabotajes en las ruedas de prensa del Congreso; Dani Esteve, líder de la organización ultra Desokupa; o Alvise, el eurodiputado ultra del partido Se Acabó la Fiesta. Las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado tuvieron que desalojarlos de la concentración ante la tensión que se vivía.
Mientras tanto, un pueblo sigue esperando a recuperar la normalidad que siempre han acostumbrado a tener, conscientes que los que llegan para las "cacerías" sólo buscan incrementar la situación y la violencia. Sin embargo, las organizaciones ultraderechistas han convocado concentraciones para este miércoles y jueves bajo la proclama de "orquestar patrullas vecinales, investigación directa con el fin de dar con ellos y justicia directa para reunirlos con Alá".
El prisma político
Las reacciones y posturas políticas no se han hecho esperar. "Cualquier mensaje dirigido a Torre Pacheco que no sea pedir calma y pedir que cese la violencia, no es responsable", aseguraba el presidente popular del Gobierno regional, Fernando López Miras, que solicitaba al Ejecutivo articular un operativo para evitar la entrada de gente que tuviera intenciones violesntas. Una línea similar a la que ha mantenido el líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, que pese a no alentar los disturbios en Torre Pacheco, asemeja inmigración con violencia al igual que Vox. "Un inmigrante irregular que delinque en España tiene que ser deportado de forma inmediata. Un señor que está de forma irregular, además si delinque, comprenderán que no cabe más que la deportación y la expulsión", ha remarcado este miércoles Feijóo.
Por otro lado, desde Sumar animaban a los populares a romper lazos y discursos con Vox. "No es un cordón sanitario, es un cordón democrático", aseguraba la líder de la formación, Yolanda Díaz, este miércoles en Televisión Española. Una línea similar ha mantenido el Partido Socialista de Murcia, cuando Francisco Lucas ha solicitado al PP que "rompa, de forma inmediata, sus acuerdos con la ultraderecha", de forma que la próxima semana "no apruebe unos presupuestos que incluyen políticas racistas y xenófobas". Podemos ha acudido a la zona donde la secretaria general del partido, Ione Belarra, ha atribuido los disturbios registrados a "terrorismo de extrema derecha", al tiempo que ha atribuido a los responsables de Vox la "autoría intelectual" de lo sucedido y ha arremetido contra la "inacción" del Gobierno central.
