España y Alemania abren un diálogo para reconocer el catalán, el euskera y el gallego como lenguas oficiales de la UE
La decisión llega poco después de que Junts haya amenazado con retirar su apoyo al PSOE de manera definitiva.

Los Gobiernos de España y Alemania han acordado este viernes "abrir un diálogo con el objetivo de encontrar una respuesta a la solicitud española" de que el catalán, el euskera y el gallego sean reconocidas como lenguas oficiales en la Unión Europea. Los Ministerios de Asuntos Exteriores de ambos países afrontarán conversaciones para tratar de encontrar una solución "aceptable para todos los Estados Miembros".
Así lo han comunicado ambos Ejecutivos en un comunicado conjunto en el que comparten que "la incorporación de dichas lenguas constituye una parte esencial de la identidad nacional plurilingüe de España". "Por ello - prosigue el comunicado - hemos decidido conjuntamente iniciar conversaciones bilaterales a partir de las cuales España presentará un texto para debate y decisión de los 27 Estados Miembros en una futura reunión del Consejo de Asuntos Generales".
La decisión de ambos países llega muy poco después de que Junts haya amenazado con retirar su apoyo de manera definitiva al PSOE. Una de las exigencias de los de Carles Puigdemont a los socialistas es justamente el reconocimiento del catalán en la UE.
Esta semana, después de que Puigdemont anunciase una consulta a sus bases para decidir si seguían apoyando al PSOE o no, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, aseguró que están cumpliendo "lo que está en manos del Ejecutivo español". "Lo que depende de otros, estamos trabajando para que se cumpla", dijo.
El Gobierno de Pedro Sánchez lleva tiempo tratando de que los países miembros de la UE reconozcan estos tres idiomas como lenguas oficiales, pero hasta ahora no ha tenido éxito por la reticencia de varios países, sobre todo Alemania.
Mientras algunos países de Europa como Finlandia, Suecia, Bulgaria y los bálticos temen que el caso español genere un precedente por la existencia de minorías en sus respectivos Estados que puedan pedir lo mismo, otros, como Alemania, arguyen motivos económicos. Según un informe preliminar de la Comisión Europea en 2023, la inclusión en la UE del gallego, euskera y el catalán supondría una inversión de 132 millones al año.
