La resistencia numantina de Mazón
“No voy a dimitir”, avisó a Génova. Y ha resistido todo este año pese a los movimientos internos en su contra. La gran pregunta es si será candidato de nuevo: “O se pacta o es imposible”.

Un año después, Carlos Mazón sigue al frente del Gobierno valenciano. “No voy a dimitir”, afirmó a quien quiso escucharle cuando prácticamente todo el mundo dio por descontada su salida, también en el PP. Acorralado por su gestión política de la dana, el presidente valenciano optó por resistir, agarrándose al brazo de Santiago Abascal, su verdadero aliado en la crisis. Ahora ya nadie discute que agotará la legislatura salvo un revés judicial. El gran interrogante es si repetirá como candidato a las elecciones.
Ha sido un año en el ojo del huracán. Él asegura que ya ha dado todas las explicaciones sobre qué estuvo haciendo el día la tragedia, que ha pedido perdón y que depuró responsabilidades con la crisis de Gobierno que supuso la salida de Salomé Pradas, la consejera responsable de emergencias. Pero la oposición y parte de las víctimas niegan la mayor y no han parado de exigirle que dimita, día tras día.
En el Partido Popular reconocen que el de este jueves no es un aniversario fácil. Mazón “por supuesto” estará en el funeral de Estado pese a las reticencias del Gobierno central. Así lo corrobora su entorno directo a El HuffPost. “Es de una tremenda deslealtad institucional que se sugiera que no debe ir. Es el representante del Estado en la Comunidad Valenciana”, defienden. En el funeral también estará Alberto Núñez Feijóo, quien ha recibido invitación a través del Congreso y no directamente por Moncloa.
La relación entre Feijóo y Mazón nunca ha sido fácil desde que el gallego se hiciera con las riendas de la formación. Y menos tras la dana. El presidente nacional amonestó públicamente a su barón territorial y pactó con él que vinculara su futuro político a la reconstrucción. Muchos entendieron en ese momento que era el fin del alicantino. “Tiene que irse”, se escuchó en boca de presidentes autonómicos y altos cargos.
En algunos despachos de Génova se llegó a promover una operación relevo, señalando a María José Catalá, la alcaldesa de Valencia. Pasaron los meses, y de nuevo en la dirección nacional se sugirió la posibilidad de utilizar agosto para ejecutar los cambios.
No pasó nada. Mazón se acogió a esa reconstrucción tras la dana para afirmar que estaba cumpliendo con lo acordado con Feijóo. Y los suyos mandaron un mensaje nítido a Génova para frenar esos movimientos internos: “Si seguís, esto puede saltar por los aires”. Así, en el PP valenciano deslizaron que Vox en ningún caso aceptaría la opción de Catalá. Tampoco la de otro tapado. La aparición del veterano Francisco Camps sirvió para atornillar aún más a Mazón.
Feijóo lo congeló todo y Miguel Tellado, su número dos, mandó un claro mensaje de apoyo a Mazón, que ha acabado ganando el tiempo necesario para agotar la legislatura. Extremo que solo cambiaría si la Justicia le imputa. Es una línea roja, aseguran en Génova. Pero todo lo demás ha quedado parado, también el congreso del PP de la Comunidad Valenciana, que por calendario ya tendría que haberse celebrado. “Habría sido un suicido”, constatan las partes implicadas.
Al lado de Mazón siempre ha estado Vox, que ha logrado importantes cesiones a cambio de su apoyo. Con sus votos, Abascal permitió que aprobara los presupuestos del año en curso, los primeros tras la dana. Ahora, ya negocia los de 2026 pese al ruido electoral en otros territorios como Extremadura, Aragón o Baleares. “Para echar a Mazón, tendría que haber entrado Vox y nunca lo hizo”, explican a las claras fuentes de la estructura valenciana.
Así, internamente, la gran pregunta es si Mazón repetirá como candidato del PP en las próximas elecciones. En el Gobierno autonómico aseguran que las encuestas han ido mejorando paulatinamente, aunque los populares perderían escaños, principalmente en la provincia de Valencia. “Se podría reeditar el Gobierno del PP con el apoyo de Vox”, resumen en el entorno del líder autonómico, con los sondeos internos en la mano. Según estos estudios demoscópicos, Alicante sería el gran feudo electoral de Mazón.
En el PP, son mayoría los que opinan que Mazón no optará la reelección. Tantos como en su día también creyeron que iba a dar hace meses un paso atrás, entre ellos relevantes presidentes autonómicos. Feijóo ha esquivado la pregunta cada vez que le han preguntando, precisando que a la hora de decidir estarán muy pendientes de las encuestas. “En Valencia, el PP siempre estará fuerte pero Mazón no puede ser el candidato. Cuando termine su gestión de reconstrucción, tiene que marcharse”, es el comentario más escuchado de puertas para adentro.
Esa decisión final sí corresponde a Feijóo. Él es quien designa a los candidatos autonómicos y de capitales de provincia. Pero un movimiento así “tiene que hacerse de forma ordenada” y “con la participación” de Mazón, concluyen destacados dirigentes. “O se pacta o es imposible”. “Dios dirá”, es la respuesta que dio el barón valenciano sobre si quiere repetir. En su equipo hay quienes consideran que no debe tirar la toalla.
