Pilar Urbano: "En el fondo, los independentistas quieren ser monárquicos"

Pilar Urbano: "En el fondo, los independentistas quieren ser monárquicos"

La veterana periodista y escritora publica 'Alzamiento' (Planeta), donde analiza los que, desde su punto de vista, son los orígenes del 'procés' en Cataluña.

Pilar Urbano.Carlos Ruiz B. K.

"¿Estoy siendo muy dura? ¿Me van a llevar a la cárcel?". Pilar Urbano se gira a la responsable de la editorial Planeta que la acompaña en la presentación de Alzamiento, su último libro, sobre el procés catalán. 

Lleva una media hora de rueda de prensa y ya ha atizado a casi todos. A la ministra de Igualdad, Irene Montero: "Me voy a dedicar a ser cajera, porque de ahí se pasa a ser ministra". Al expresidente Mariano Rajoy: "Le faltaba dejar el puro". Al rey: "Felipe, el marido de Letizia, el preparao". Y hasta a Pedro Sánchez, el actual inquilino de La Moncloa: "¿Cómo se llamaba? ¿Pedro...?". 

Tiene tela que cortar la veterana periodista valenciana, que a sus 83 años sigue publicando libros y siendo todo un éxito de ventas. En esta ocasión, Urbano ha preferido dejar a un lado la Familia Real —uno de sus temas estrella— y hablar sobre el procés catalán y el juicio a los dirigentes independentistas, que siguió con mucha atención durante los cuatro meses que duró. 

  Portada de 'El Alzamiento', de Pilar Urbano.PLANETA

"Cuando acabó el juicio me fui de vacío. Tras cuatro meses dije, no sé nada. ¿Quién alza a la gente? ¿Quién manipula a este pueblo? ¿Por qué votan tan mal? ¿Por qué no se declara la República? ¿Quién lo ha pagado? ¿Quién moviliza al pueblo? Había muchas preguntas que hacerse", dice ante los periodistas explicando el por qué de tratar este asunto. 

"Tenía la mochila llena de medias mentiras y medias verdades. Hasta de falsos testimonios en el juicio de los testigos, incluso habiendo sido presidentes del Gobierno", añade. Una alusión que hace arquear más de un par de cejas en la sala de prensa. 

Urbano se dijo entonces que debía ahondar en lo que considera "lo más grave que ha pasado en España en democracia". Y lo hizo, no sólo leyendo la inmensa cantidad de artículos que se han publicado en prensa sobre el procés y el juicio, sino también entrevistándose con los protagonistas. Más de 200 entrevistas, algunas de ellas, en prisión. 

La periodista accedió a los condenados y habló con ellos "a través del cristal". "Salvo Junqueras, los demás tenían miedo a ser sustituidos", explica. Irónicamente, pese a esa forma distante de comunicarse con ellos, con algunos llegó a profundizar en su lado más personal. Como con Carme Forcadell, quien fuera presidenta del Parlament durante la frustrada declaración unilateral de independencia. 

"Fue una conversación muy de confidencias, de mujer a mujer. Me dijo que no se arrepentía de ser independentista, ni de lo que dijo, ni de lo que autorizó. Sólo se arrepentía de haberse lanzado con vehemencia al activismo y haber descuidado su vida personal", explica Urbano. "Soy una presa política", prosiguió la periodista citando a Forcadell, quien no se considera "una delincuente" sino "patriota". 

"Manipulan desde la escuela con una ideología agradable para ellos: somos supremos, somos superiores, somos distintos y somos una nación"
Pilar Urbano

Según relata Urbano, la expresidenta del Parlament catalán dedicó su tiempo en prisión a hablar con las presas "para convencerlas de purificar su pasado, dejar toda la mierda dentro y salir limpias". "Hasta les daba clases", apunta. 

Aun así, el libro no es precisamente amable con los independentistas. Más bien, al contrario. Ya el título y el subtítulo son rotundos. Explica Urbano que decidió llamar a su obra Alzamiento porque esta palabra se repite casi medio centenar de veces en la sentencia que firmó el presidente de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo, Manuel Marchena. 

Por ahí arranca el libro, explicando cómo se preparó el juicio y cómo el magistrado quiso que los presos gozasen de tranquilidad a la hora de acceder, día tras día durante cuatro meses, a la sala donde se iba a celebrar el proceso judicial. Por detallar, se detalla hasta cómo se preparó el catering para que los jueces pudieran comer sin tener que salir a un restaurante —tenían dos horas de receso y calculaban que no les daría tiempo— o "vivir de sandwiches y pizzas". 

"Salvo Junqueras, el resto de presos tenía miedo de ser sustituidos"
Pilar Urbano

El subtítulo elegido por Urbano —Crónica de la manipulación de un pueblo— apunta a un elemento clave en la línea argumentativa del libro: quiénes estaban detrás de todo y qué motivaciones tenían. 

"Se puede manipular desde la escuela, porque se está dando una ideología agradable para ellos: somos supremos, somos superiores, somos distintos y somos una nación, no necesitamos a la otra nación. No nos quieren", resume Urbano al ser preguntada por este diario si se puede manipular al alto porcentaje de catalanes que están a favor del derecho a decidir y de un referéndum

"Era un pueblo al que hacían disfrazarse, salir a la calle, hacer diabluras", insiste la periodista, que recuerda lo que sucedió entre sectores de la derecha española con aquel grito que se escuchaba en los mítines del PP: "Pujol, enano, habla castellano". "De pronto había gente muy elegante cantando eso. Pues sí, el pueblo es muy manipulable, sobre todo cuando desde pequeñito le dices 'si no lo dices en catalán, no te dejan hacer pipí'".

El papel de Soros y el "oligopolio" financiero

Pero Urbano no se deja en el aire las preguntas que se hacía cuando comenzó a escribir el libro. Según apunta, detrás de este repunte del independentismo y de la idea de proclamar la República Catalana está, ni más ni menos, que George Soros, el multimillonario húngaro, habitual centro de todos los males para la derecha y la ultraderecha. 

Un hombre que, según Urbano, "no es un francotirador". "Va pertrechado por Rockefeller, Rothschild, Goldman Sachs, Jeff Bezos, Ted Turner, Bill Gates y hasta por el duque de Edimburgo", afirma. "Los reyes de lo mediático que te hacen pensar lo que quieran y más". 

Un "oligopolio financiero" que, según relata en el libro, inyectó "millones de euros y de dólares para pagar movidas de masas, estipendios a juristas elaboradores de una, dos y tres constituciones para la futura República de Cataluña y generosos sueldos para los magistrados que redactaron el Libro Blanco". Pero también, "donaciones a periódicos, televisiones, digitales y otros mass media que informasen en la debida longitud de onda".

"El capital quiere comprar la política, no nombrar gentes. Soros quiere movilizar pueblos y levantarlos contra el dirigente díscolo que no le obedecía"
Pilar Urbano.

Pero, ¿qué interés puede tener Soros y los demás nombres mencionados en la independencia de Cataluña? "En síntesis, el capital quiere comprar la política, no nombrar gentes. Soros quiere movilizar pueblos y levantarlos contra el dirigente díscolo que no le obedecía", dice en referencia a países de Latinoamérica y África. 

En Europa, indica Urbano, "la disciplina de Merkel había creado admiración y aversión: esta señora nos manda y la UE nos pide cuentas". Según la periodista, Soros, a través de su fundación, la Open Society Foundation, "vende una cosa muy atractiva: menos Estado, menos burocracia, más sociedad y más libertad. Todo es paraíso fiscal". 

"Querían aprovechar la debilidad europea y un estado de crispación hacia los mandos de la UE y de la OTAN para parcelar y dividir. Hacer muchos Luxemburgos, muchas Andorras. Nada de grandes estados matrices", asevera.

Pero por ahí, dice Urbano en el libro y también en declaraciones a este rotativo, también estaba la alargada sombra de Vladimir Putin, presidente de Rusia. "Él está en lo mismo, comerse a Europa. Para él era importante poner una pica en Flandes, un Flandes de la OTAN, que tiene todo el mar, una gran Rota frente a Francia e Italia", asegura. 

"A mí Pujol me dijo 'yo desciendo de Carlomagno'. Me quedé ojiplática y empecé a pensar en el árbol genealógico. Ellos basan su soberanismo en derechos históricos carolingios, del año mil"
Pilar Urbano.

En este sentido, en el libro se cuenta el episodio que se vivió horas antes de la declaración unilateral de independencia, el 26 de octubre de 2017, cuando un supuesto emisario ruso se reunió con el entonces presidente catalán, Carles Puigdemont. Según el relato de Urbano, Nikolái Sadovnikov, que así se llamaba, "ante la hipótesis de una Cataluña independiente, le ofrece por si necesitara defenderse el apoyo de hasta 10.000 soldados bien equipados, ayuda financiera, de 200 a 300 millones de euros para pagar la deuda pública de la Generalitat, provisión energética y la posibilidad de una videoconferencia con Putin". A cambio, cuenta la periodista, "pide una legislación permisiva, tolerante, para establecer una plataforma de criptomonedas que podría convertir a Cataluña en una nueva Suiza virtual". 

En una entrevista con un medio ruso, el propio Sadovnikov negó estos extremos. Aseguró que de ningún modo Rusia iba a ser de los primeros Estados en reconocer a una Cataluña independiente porque "está en contra de la naturaleza de nuestro Estado". Y también negaba cualquier tipo de apoyo militar por parte de la Federación: "La ayuda militar es totalmente de locos. No sé con quién estaba en contacto. Usted sabe que cuando ocurren tales acontecimientos aparece este tipo de impostores que intentan aprovecharse. (...) Alguien les decía algo. Pero estoy seguro al 100% que no tenía nada que ver con los dirigentes de Rusia. Eran unos delincuentes de poca monta".

En el libro, Urbano también aborda el origen del conflicto catalán. La veterana periodista lo tiene claro: "El procés empieza con Pujol, cuando recuerda aquello de 'somos seis millones'". "A mí Pujol me dijo 'yo desciendo de Carlomagno'. Me quedé ojiplática y empecé a pensar en el árbol genealógico. Ellos basan su soberanismo en derechos históricos carolingios, del año mil", resume. 

"Están pidiendo los derechos condales y feudales. En el fondo, quieren ser monárquicos", asegura Urbano, quien cree que ese apego a los antepasados "forma parte del sentimiento colectivo" catalán y que "es muy respetable y envidiable". 

Críticas a Rajoy y a Sánchez

Un punto de inflexión que todo el mundo señala habitualmente es el Estatut y la sentencia del Constitucional, a instancias del PP, que lo echó abajo en 2010. Urbano no cree que fuera un error de los populares recurrir al Tribunal de Garantías, pero sí "la sobreactuación" del partido de Rajoy con la recogida de firmas contra el Estatut. Porque aquello, dice, se interpretó como una recogida de firmas contra los catalanes. 

Otro reproche de la periodista a Rajoy es que no aceptase el Pacto Fiscal que Artur Mas le pedía en su momento y que sí quiso aceptar en 2017, cuando la situación ya estaba caldeada. 

De aquellos polvos, estos lodos que, para Urbano, en absoluto se han detenido. "Cataluña es un volcán dormido, una tigresa teniendo tigrecitos. Dice Cuixarte que ho tornarem a fer. Él no lo hará, pero lo harán sus hijos. Se creen distintos", afirma. 

"Cataluña es un volcán dormido, una tigresa teniendo tigrecitos. Dice Cuixarte que ho tornarem a fer. Él no lo hará, pero lo harán sus hijos. Se creen distintos"
Pilar Urbano.

La veterana periodista no cree que la situación actual, pese a la Mesa de Diálogo, esté más apaciguada. "A mí no han conseguido apaciguarme", dice antes de criticar duramente la reforma del Código Penal que acabó con la sedición y modificó la malversación, que Urbano tilda de "golpe de Gobierno" y un "ménage à trois" del Ejecutivo con los tres poderes. "Cuando un presidente usa al legislativo como mamporrero, como sicario, porque tiene una mayoría parlamentaria amalgamada, heterogénea, necesita tener contentos a determinados miembros, a ERC. Cuando usa al Parlamento para que cambia una ley judicial, se está haciendo un abuso de poder, del poder Ejecutivo". 

Una reforma que, dice Urbano, "ha conseguido que la sentencia [del Supremo] sea papel mojado". "Con este hecho no se pasa página", sentencia. 

 

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