Sánchez intenta salvar la legislatura cumpliendo con sus socios
El presidente del Gobienro se reúne hoy con Illa para dar forma a la financiación singular de Cataluña y el martes se verá con Pradales para desbloquear parte de las transferencias al País Vasco.

Hora de pagar facturas. Pedro Sánchez arranca este lunes una semana clave para salvar la legislatura, reuniéndose hoy con el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, y el martes con el lehendakari, Imanol Pradales. Sobre la mesa, transferencias de competencias y cuestiones enquistadas desde hace meses y que son clave para contentar a sus socios de investidura.
Después de un mes haciendo equilibrios para sostenerse tras la implicación de Santos Cerdán en la denominada 'trama Koldo', Sánchez sabe que el apoyo de las otras formaciones pasa por cumplir con sus demandas. Así se lo hicieron saber en el pleno del pasado miércoles en el Congreso, cuando se discutía el áspero asunto de la corrupción, y así asume la tarea el presidente del Gobierno.
En la reunión con Illa hoy presumiblemente cristalizará el acuerdo para avanzar en la gestión del IRPF por parte de la Agencia Tributaria de Cataluña (ATC). Esta medida forma parte de la financiación singular que Sánchez acordó con ERC al inicio de la legislatura y que, básicamente, supone que sea el gobierno catalán gestione la recaudación de todos los impuestos y después transfiera un montante sin definir todavía al Estado.
Una propuesta que la oposición en bloque critica al considerar que rompe "la caja común", pero que también encuentra resistencias en el propio partido socialista. Es el caso del presidente de Castilla - La Mancha, Emiliano García-Page, que cree que la "debilidad" del Gobierno por la corrupción va a derivar en "más cesiones" a independentistas.
Este nuevo sistema fiscal implicará modificar tres leyes y el apoyo necesario del Congreso. Un respaldo que no está garantizado, porque fuerzas como Podemos, Compromís o Chunta Aragonesista han mostrado sus discrepancias hasta resolver las desigualdades entre territorios.

A falta de conocer los detalles, el pasado sábado, Oriol Junqueras advirtió de las "consecuencias" que tendría que en la reunión bilateral de hoy no se concreten los primeros pasos de la financiación singular. Y una de sus líneas rojas es que la Agencia Tributaria de Cataluña (ATC) no esté "subordinada" a la Agencia Estatal de Administración Tributaria (AEAT).
Junts, que siempre ha recelado de este acuerdo de PSOE y ERC por no estar implicada, pide por su parte un CGPJ (Consejo General del Poder Judicial) catalán independiente del nacional a cambio de dar su apoyo a la denominada 'ley Bolaños' que reformará la justicia española. Y no sólo eso, también el traslado de la comisaría de la Policía Nacional de Vía Laietana de Barcelona y un nuevo sistema para el enjuiciamiento de jueces. El ministro de Justicia, Félix Bolaños, se limitó a decir el pasado viernes que el "diálogo" sobre estas cuestiones estaba "abierto", aunque siempre "dentro de los términos que hoy recoge la reforma de la justicia".

Si la financiación singular y el CGJ catalán decidirán el apoyo de ERC y Junts al Gobierno, las transferencias que reclama el gobierno vasco pondrán a prueba el respaldo del PNV. El martes, en la reunión bilateral con Pradales, la cesión de las prestaciones no contributivas y las de desempleo estarán encima de la mesa, así como anteriores acuerdos sin consumar todavía como la oficialidad del euskera en Europa o la creación de la Macrorregión Atlántica. La portavoz del Gobierno Vasco, María Ubarretxena, advirtió el viernes de que Euskadi "no aceptará acuerdos a medias" para el traspaso del primer bloque de la gestión económica de la Seguridad Social.
El PNV fue, de hecho, el grupo parlamentario que más apretó las tuercas a Sánchez el pasado miércoles en el Congreso. Su portavoz, Maribel Vaquero, alertó al presidente de que su confianza "va camino de la UCI" y que el tiempo se le agotaba.
A falta de concretar estas transferencias, desde el Gobierno se trabaja para satisfacer el deseo de que el catalán, el gallego y el euskera sean reconocidas como lenguas oficiales en la Unión Europea. Este viernes 18 habrá una nueva votación al respecto y, aunque no se espera que el resultado sea favorable, lo que se intentará será demostrar que el Ejecutivo trabaja para satisfacer las demandas de sus socios. Y que a esta legislatura todavía le queda recorrido.
