Sánchez, ante una jornada decisiva: el presidente buscará convencer a sus socios con un Feijóo recién entronizado en el PP
El presidente del Gobierno comparece este miércoles en el Congreso para explicar la corrupción que señala al PSOE y anunciar medidas anticorrupción mientras desde Sumar denuncian "inmovilismo" por parte de los socialistas.

"Parálisis", "inacción" o "inmovilismo". Si Pedro Sánchez es el capitán a los mandos del timón del Gobierno, desde luego hay una parte de su tripulación que, si no está al límite del motín, al menos puede llegar a plantearse coger los botes salvavidas para abandonar el buque antes de que se hunda. A un día de su esperada comparecencia en el Congreso para abordar los señalamientos por corrupción en sus filas, el presidente del Ejecutivo ni siquiera se ha puesto en contacto con los de Yolanda Díaz para valorar qué medidas pretende anunciar en materia de lucha anticorrupción. Los socios de la coalición insisten en que "el PSOE no es consciente de la gravedad de la situación" y lamentan que pretendan "ganar tiempo" con "retórica y anuncios vacíos". Ante la ausencia de comunicación entre ambas partes, Sumar ha avanzado que llevará al Congreso la creación de una oficina estatal anticorrupción y al Consejo de ministros la retribución del permiso parental. Si lo asumirán los socialistas o no, lo desconocen. Nadie sabe qué hará Sánchez mañana. "Si el PSOE solo habla en su nombre [este miércoles], nosotros lo haremos en el nuestro", advertía este lunes la coordinadora de Sumar, Lara Hernández.
También este lunes, el ministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, aseguraba durante su participación en Los Desayunos del Ateneo que Sánchez llevaría al Congreso "un paquete potente de medidas anticorrupción", sin especificar más. Es la única manera, defendió Bolaños, de recuperar la "confianza" de la ciudadanía. De modo similar, la nueva portavoz del PSOE, Montse Mínguez, comentó que el miércoles se verá "a un presidente con determinación y medidas". "La gente se va a sentir reconfortada", prometió. Desde Moncloa, sin embargo, guardan con excesiva cautela los anuncios que realizará Sánchez. Buscan con la comparecencia un golpe de efecto que pueda competir con la conmoción que dejó la entrada en prisión de su último secretario de Organización, Santos Cerdán.
Las mismas dudas que tienen en Sumar están también presentes en el resto de socios de investidura. Con un Podemos más beligerante que el resto – dan la legislatura por muerta – ERC, EH Bildu o PNV aguardan con expectativa no solo las explicaciones sino también los anuncios del presidente del Gobierno. A pesar de que todos coinciden en que ya no vale amenazar con el miedo a que venga la ultraderecha, lo cierto es que todos se ponen como línea roja la llegada de un Gobierno del Partido Popular con Vox, al menos por ahora. Los de ERC, por ejemplo, tienen en unos días un encuentro clave con el Gobierno para avanzar en el modelo de recaudación de la Agència Tributària de Catalunya, unos movimientos que saben que no se darían con Feijóo y Abascal. Sánchez también es consciente, de ahí que se permita jugar con los tiempos. El mayor de los temores, sin embargo, está en que el caso Koldo incluya más cargos del PSOE además de José Luis Ábalos y Santos Cerdán. "En algún sitio hay una raya y no cabe todo para que no llegue la derecha a gobernar", decía hace unos días Aitor Esteban, el presidente del PNV.
Sánchez llegará este miércoles al Congreso en su peor momento. Ya no solo es lo de Santos Cerdán, sino que este fin de semana ni siquiera logró lo esperado al reestructurar la cúpula del partido. El Comité Federal del PSOE se postergó al conocerse que una de las personas escogidas por el secretario general socialista había sido señalado por comportamientos machistas. Pese a todo, en su formación, más allá de pocas personas, como Emiliano García-Page, cierran filas en torno al presidente, aunque con un miedo latente a nuevas revelaciones.
Mientras, el presidente del Gobierno se las verá con un líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, recién entronizado en el Partido Popular. Si Sánchez está en su momento más débil, el presidente del PP no ha estado más fuerte en lo que respecta a la interna de su partido. En el Congreso Nacional celebrado este fin de semana, el PP ha otorgado todo el poder a Feijóo, conscientes del ahora o nunca en el que están inmersos. Ni siquiera la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, o Alberto Fernández, el líder del PP catalán, han dado la batalla. La primera con relación a las primarias y el segundo, por los posibles pactos con Junts.
Alberto Núñez Feijóo sabe que no se abrirá otra ventana de oportunidad. O hay elecciones anticipadas o 2027. Pero no tendrá otra ocasión si quiere llegar a la Moncloa. Con un PSOE señalado por corrupción, si Feijóo no es presidente, nadie duda de que el apoyo unánime de su partido se parecerá más al que tuvo su predecesor en el cargo, Pablo Casado. El Partido Popular lidia, además, con la extrema derecha de Santiago Abascal, desde donde acaban de prometer deportaciones masivas de personas migrantes. A pesar de que todos los datos apuntan a que solo podrá gobernar con el apoyo de Vox, en el PP se han comprometido a un Gobierno en solitario. Además de las medidas anticorrupción, Sánchez se agarrará a esta amenaza para advertir, una vez más, de lo que sería un Gobierno diferente al suyo. ¿Será suficiente?
