Verónica Barbero: "PP y Vox están compitiendo para ver cuál de los dos se parece más a Donald Trump"
Ls portavoz de Sumar en el Congreso pide a Feijóo volver a la senda de partido de Estado: "No puede ser que sus discursos sólo tengan como objetivo conseguir un puñado de votos de los más extemistas".

La líder de Sumar, Yolanda Díaz, dio un golpe en la mesa hace unos días en el Congreso reclamando al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, un impulso a la agenda social. "Le he dicho muchas veces que gobernar no es resistir, es transformar. Hay que cuidar el gobierno progresista, y eso no se hace con gestos. Se hace publicando buenas noticias en el Boletín Oficial del Estado. Si no lo hacemos, ya sabemos lo que nos viene", dijo en un pleno monográfico sobre corrupción al que acudió apenas unas horas después de conocer el fallecimiento de su padre, Suso Díaz.
A su lado, en la bancada de Sumar, estaba Verónica Barbero. La portavoz del grupo parlamentario cedió ese día el testigo a la líder de la formación para manifestar sus exigencias de "cambiar el rumbo" del Gobierno y encaminarse hacia un "giro social", aprobando lo antes posible medidas como el estatuto del becario o la ampliación de los permisos de paternidad.
Unas demandas que Barbero vuelve a reiterar justo antes del parón vacacional en el Congreso. "Nosotras no hacemos sugerencias, son exigencias que hemos puesto sobre la mesa al PSOE para estar gobernando juntas hasta 2027", señala en una entrevista a El HuffPost.
La dirigente asturiana, que se citó con nuestro medio en un rocódromo de Madrid para demostrar sus habilidades en deportes de aventura como la escalada, cree que el PSOE "ha entendido el mensaje". "Nosotras no pedimos cosas que no se hayan puesto ya negro sobre blanco en el acuerdo de Gobierno", detalla.
En la misma conversación, Barbero también critica a PP y Vox por alimentar la crispación racial que se ha vivido estos días en Torre Pacheco (Murcia). Al respecto, la dirigente alerta del "caldo de cultivo peligrosísimo para la convivencia" que comienza a darse en nuestra sociedad y pide a Feijóo volver a la senda de la responsabilidad. "En cuanto se ve un poco atrapado, se va a la extrema derecha", asegura.
- Estos días hemos visto un alarmante estallido de violencia racial en Torre Pacheco (Murcia). Ustedes han condenado lo ocurrido y han pedido investigar si hay relación entre los llamamientos de Vox y estos disturbios. ¿Cree usted que estos altercados pueden reproducirse en otros lugares de España?
- PP y Vox están compitiendo para ver cuál de los dos se parece más a Donald Trump. Y si para eso tienen que entrar en la crueldad absoluta con personas que viven en nuestro país y son nuestros vecinos, lo van a hacer. Porque están en una rivalidad que sólo va de siglas y de votos. No va de personas, de derechos humanos, de ser responsable...
Vivimos en una realidad que es global y la extrema derecha fomenta una serie de discursos peligrosos. Y desde la izquieda tenemos que hacer políticas para demostrar que sólo son discursos y que no hay que expulsar a ocho millones de personas. Que eso es una barbaridad. De primeras porque está prohibido por el derecho internacional, pero también porque sería malo para nuestro país en términos económicos.
No podemos jugar a estar todo el rato generando odio hacia determinados colectivos. Porque, al final, lo que vamos a conseguir es un caldo de cultivo peligrosísimo para la convivencia en España. Somos un país migrante, no sé en qué momento alguien ha decidido que nos olvidemos de eso.
De Vox no espero nada, pero sí del PP. Creo que tenemos que seguir insistiéndoles en que vuelvan a la senda de partido de Estado que han abandonado. Y que se comporte como una organización responsable. No puede ser que sus discursos sólo tengan como objetivo conseguir un puñado de votos de los más extemistas.
- Usted lleva viviendo más de veinte años en Galicia. ¿El Feijóo de Madrid es el mismo que el Feijóo que fue durante muchos años presidente de la Xunta de Galicia?
- Es el mismo. Lo que pasa es que en Galicia era un Feijóo protegido por todos los medios de comunicación. Tú no veías nada más allá que el Feijóo que la Xunta y su gabinete querían que vieses. Pero es el mismo Feijóo incapaz de gestionar. Lo que sí es nuevo es su seguidismo a las ideas de extrema derecha. En cuanto se ve un poco atrapado, se va a la extrema derecha. No tiene ideas propias, no es capaz realmente de dirigir una política centrada, tener una brújula... y entonces se va hacia donde está Vox. La diferencia del Feijóo de ahora con el de Galicia son las circunstancias, pero no el propio Feijóo.
- Él ha asegurado que sólo gobernará en solitario, sin coalición con Vox. ¿Usted le cree?
- Tenemos que dejar de engañar a la gente. Ahora mismo, en Valencia, el PP gobierna con Vox. Porque hace unos presupuestos con Vox y ha comprado todo su discurso. Y lo mismo ocurre en otras regiones. Además, venimos de un congreso nacional de su partido donde todos ellos interiorizaron el discurso de odio de la extrema derecha. Esto es, competir con Vox en políticas crueles, antimigratorias... El PP está caminando hacia ser Vox, digan lo que digan sobre futuribles. Si realmente Feijóo dijese con convicción que no gobernará con Vox, no lo estaría haciendo ya en todas las CC.AA. donde realmente les necesita.
- ¿El ambiente que se vive en el Congreso es tan irrespirable como el que se percibe a través de la televisión?
- Las sesiones de control al Gobierno son muy duras porque hay una derecha y una extrema derecha que se dedican a reventar esos plenos. Con gritos y sin debate. Y la ciudadanía puede creer que todos nos dedicamos a hacer eso, y no es verdad. Un partido como el PP, que dice ser de Estado, debería preocuparse por que la gente no interprete que la política sólo está a broncas.
- También hay bronca en las ruedas de prensa en el Congreso. A usted, por ejemplo, le ha tocado lidiar con las actuaciones de algunos de los acreditados en la Cámara Baja. ¿Cómo vivió esos momentos?
- Pues son momentos de cabreo, de tristeza... Por mi equipo y por los periodistas que lo son de verdad y están ahí para ejercer un derecho, como es el de informar. Tener a esa gente en el Congreso es desesperante, porque perturban el trabajo y lo hacen con violencia. Porque violencia no es sólo empujar o lastimar físicamente. Aunque también empujan.
- ¿A usted le han empujado en alguna ocasión?
- A mí no, pero sí a compañeros hombres. Les empujan para provocarles. Esto es grave y tenemos que cortocircuitarlo. No puede ser que desde el Congreso transmitamos la sensación de que se permite la violencia.
- Desde las generales del 23-J, las encuestas no están siendo buenas para Sumar. ¿A qué cree que se debe esta situación?
- Las últimas encuestas son las que más nos interesan. Las encuestas de la ciudadanía basadas en sus preocupaciones. Por ejemplo, la vivienda. Estamos cansadas de decir que hace falta dar un paso firme para establecer un control sobre los precios del alquiler. Estamos en esas encuestas y lo que queremos hacer es sacar adelante medidas para que la gente entienda que gestionamos mejor que nadie y que hacer política es hacer cosas que mejoran la vida de la gente.
- Yolanda Díaz pidió hace dos semanas a Sánchez en el Congreso impulsar de una vez esa agenda social. ¿Lo ve posible a corto plazo?
- Ya estamos encaminados a ello. Nosotras no hacemos sugerencias, son exigencias que hemos puesto sobre la mesa al PSOE para estar gobernando juntas hasta 2027. Lo primero debe ser aprobar la ampliación de los permisos de paternidad. Y, a partir de ahí, seguir por la misma senda porque tenemos un acuerdo de gobierno. Nosotras no pedimos cosas que no se hayan puesto ya negro sobre blanco en un documento que lleva la firma del presidente. Y vamos a exigir que ese pacto se cumpla.
- ¿En qué momento se puede romper la cuerda con el PSOE?
- Yo creo que, a día de hoy, no estamos en ese escenario. El PSOE ha entendido nuestro mensaje. Y digo que lo entendió porque veníamos de tres semanas de parálisis del PSOE y, en ese pleno de hace dos semanas, gracias a Yolanda, el presidente dio un paso adelante aceptando diez de nuestras medidas para combatir la corrupción. Ahora queda que den el siguiente paso con el giro social. Yo entiendo que no quisieran darnos todo en ese pleno, pero lo tendrán que hacer. Porque es lo que espera la ciudadanía, tanto la que nos votó como la que no.
- Una de esas medidas sociales sería la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas. Aunque aquí el problema ya no es el PSOE, sino Junts. ¿Cree que esta medida finalmente será aprobada?
- Claro que es posible sacarla. Hay 12 millones de personas que se van a beneficiar de esta medida y dos de cada tres personas en nuestro país creen que es una medida positiva. Independientemente de su ideología. Yo creo que no tenemos que convencer a nadie porque la propia ciudadanía está hablando alto y claro al respecto. Es algo que se ha ganado la clase trabajadora de este país después de llevar tantos años echándose a las espaldas el Estado de bienestar. Necesitamos un reconocimiento a esa labor con la reducción de la jornada laboral.
- Hace unos días vivisteis la salida de Águeda Micó del grupo parlamentario de Sumar y su aterrizaje en el grupo mixto. Ella era, además, coportavoz de la formación. ¿Ha sido difícil encajar ese golpe?
- Nosotras somos un espacio singular porque somos una coalición plurinacional. Y nos estamos esforzando por dar los pasos necesarios para que todas las singularidades territoriales se sientan a gusto en nuestro espacio. En relación a Águeda, creo que la armonía no se ha perdido, en el sentido de que vamos a seguir trabajando juntas a favor de las medidas que entendemos que son mejores para la ciudadanía.
Respeto la decisión que ha adoptado Més, por supuesto, pese a que no la comparta. Eso no quiere decir que yo no considere que la izquierda tiene que estar unida, que esa plurinacionalidad es muy necesaria para tener gobiernos de izquierdas en este país y que las singularidades territoriales no son una amenaza. Para mí son una oportunidad para construir un país mejor a través de nuestras políticas. Pero, insisto, con Compromís vamos a seguir caminando juntos en lo material, aunque no en lo formal.
- Podemos también abandonó, casi al inicio de la legislatura, el grupo parlamentario. ¿Con ellos también es posible todavía caminar juntos?
- Nosotras siempre hemos sido partidarias de aglutinar la mayor cantidad de organizaciones y personas dentro de un proyecto compartido. Y conseguir gobiernos de progreso donde la izquierda transformadora tenga mucha fuerza. Puede que este objetivo no lo compartan otras organizaciones, pero las izquierdas de este país debemos estar unidas en aquello que nos demanda la gente. Desde Sumar, por supuesto, seguiremos negociando y dialogaremos para poder hacer las mejores políticas.
