Absuelven a un conductor ebrio por un fallo de impresora, pero el Tribunal de Apelación anula la decisión
Ocurrió en septiembre de 2024.

Un insólito caso judicial en Portugal ha puesto de relieve cómo un fallo técnico puede cambiar el rumbo de un proceso. Un conductor de 27 años, sorprendido en la localidad de Évora con 2,04 gramos de alcohol por litro de sangre —muy por encima del límite legal de 1,2 g/l considerado delito—, fue absuelto en primera instancia debido a un problema con la impresora del alcoholímetro.
Según el medio Observador.pt, el incidente ocurrió en septiembre de 2024, cuando agentes de la Policía de Seguridad Pública (PSP) detuvieron al joven durante un control. La prueba de alcoholemia arrojó un resultado que confirmaba una tasa delictiva, pero el dispositivo no pudo emitir el comprobante impreso, requisito formal en este tipo de procedimientos.
Para no perder la evidencia, uno de los agentes tomó una fotografía de la pantalla, en la que se veía claramente el resultado: 2,04 g/l. Al llegar el caso al Tribunal de Évora, el juez determinó que la foto no era prueba suficiente y que, sin el comprobante oficial, no podía confirmarse el valor registrado por el aparato.
Cambio de rumbo
En consecuencia, el conductor fue absuelto del delito de conducción en estado de ebriedad. Sin embargo, la decisión generó polémica, y la Fiscalía recurrió el fallo. El recurso llegó al Tribunal de Apelación de Évora, cuyos jueces concluyeron que la instancia inferior había cometido un error de valoración.
Consideraron que la fotografía del alcoholímetro era prueba válida y suficiente para acreditar la infracción. Finalmente, el conductor fue condenado a una multa de 900 euros y a la prohibición de conducir durante cinco meses.
El caso pone de relieve la importancia de los aspectos formales en la recogida de pruebas en procesos judiciales. En situaciones donde la tecnología es determinante un simple fallo técnico —ya sea una impresora que no funciona, un error de calibración o un registro incompleto— puede poner en duda la validez de la prueba aunque los hechos sean claros.
