Compra un superyate de 130 millones de euros, atraca en España y trata las casas como si jugara al Monopoly
Su visita a la costa catalana pronto se transformó en una auténtica partida de “Monopoly en la vida real”.
Durante varios días de verano, un colosal yate metálico de casi 90 metros de eslora se convirtió en el inesperado protagonista del litoral barcelonés. El Pacific, valorado en más de 150 millones de dólares (unos 130 millones de euros), apareció fondeado frente a la playa de la Musclera, en Arenys de Mar, despertando la curiosidad de vecinos y turistas que se preguntaban quién era su misterioso propietario.
La respuesta no tardó en llegar: tal y como informa SuperCarBlondie, se trataba de Leonid Mikhelson, empresario ruso con una fortuna estimada en más de 28.000 millones de dólares (24 millones de euros) y considerado uno de los hombres más ricos del mundo. Mikhelson, fundador del gigante energético Novatek, no había llegado precisamente a disfrutar del sol mediterráneo. Su visita a la costa catalana pronto se transformó en una auténtica partida de “Monopoly en la vida real”, como lo describió el propio alcalde de Sant Vicenç de Montalt, una de las localidades más exclusivas del Maresme.
Un yate de lujo y una llegada que no pasó desapercibida
Construido por el prestigioso astillero alemán Lürssen y diseñado por el argentino Germán Frers junto al estudio Bannenberg & Rowell, el Pacific combina discreción militar y opulencia extrema. Su casco, que cambia de tono entre azul y plateado según la luz, llegó a confundir a algunos bañistas que lo tomaron por un buque de guerra.
Durante diez días, el barco permaneció anclado frente a la costa, mientras su tripulación y varios asesores del multimillonario recorrían municipios del entorno, mostrando un interés inusual por terrenos, hoteles y clubes de playa. Según fuentes como La Vanguardia, el equipo de Mikhelson llegó incluso a intentar reservar o comprar propiedades directamente, antes de que se les recordara que las operaciones en primera línea de mar están sujetas a procesos públicos de licitación.
“Llegaron como si estuvieran jugando al Monopoly”
El comentario se hizo viral tras las declaraciones del alcalde de Sant Vicenç de Montalt, que describió con ironía la actitud del grupo:
“Llegaron como si estuvieran jugando al Monopoly, comprándolo todo.”
Los representantes del magnate se interesaron por villas de lujo en la urbanización Supermaresme, donde los terrenos rondan los 2,5 millones de dólares, y también visitaron el hotel Castell de l’Oliver, una finca de estilo señorial situada en el interior del Maresme.
Aunque ninguna de las operaciones llegó a concretarse, la visita del oligarca ruso dejó una fuerte impresión entre los vecinos, que veían cómo su tranquilo entorno se convertía, por unos días, en escenario de una historia de riqueza desbordante.