El aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, el más grande de España, fue fumigado la semana pasada tras detectarse la presencia de garrapatas, cucarachas y chinches. El Mirror informa que algunos trabajadores y viajeros han sufrido picaduras, lo que ha levantado la alarma entre turistas británicos que planean visitar el país.

Aunque Aena, la entidad que gestiona el aeropuerto, negó una infestación generalizada de chinches, sí reconoció que se detectó una "presencia limitada" de insectos, y aseguró que "se están implementando medidas de limpieza y prevención continuas".

Las chinches son insectos hematófagos que se alimentan de sangre humana, y su capacidad para propagarse es notable. Se trasladan fácilmente en equipaje, ropa o muebles, y pueden infestar hoteles rápidamente. Su presencia no solo es molesta, sino que también puede causar reacciones alérgicas en algunas personas.

Es fácil que se produzcan infestaciones masivas

"Si cree que ha traído chinches a casa de sus vacaciones, es importante abordar la infestación de inmediato", advierte Martin Seeley, director ejecutivo de MattressNextDay y experto en colchones.

Seeley explica que estos pequeños insectos "con forma de pepita" pueden sobrevivir hasta un año sin alimentarse, lo que los convierte en una amenaza persistente. Además, una sola chinche puede desencadenar una infestación masiva: las hembras ponen entre 200 y 500 huevos en tan solo dos meses, en grupos de hasta 50, y sus huevos pegajosos pueden adherirse a ropa y muebles con facilidad.

Ante esta situación, Seeley aconseja a los viajeros inspeccionar minuciosamente las habitaciones de hotel antes de instalarse: "Revise el colchón, la ropa de cama, la cabecera y las áreas cercanas para detectar manchas oscuras, manchas de color óxido, huevos o chinches vivas".

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