Piden evitar como la peste este lugar muy particular de la cocina especialmente si te obsesiona el pan
Y no, no todas las bolsas son iguales.

Rara es la casa donde no hay una barra, una hogaza o algún trozo de pan en la mesa. Con cada vez más negocios especializados y otros de consumo rápido, la oferta se multiplica. También, muchas veces, los restos de panes a medio acabar o las barras que han sobrado de la comida o la cena.
A la hora de guardar estos restos, no vale cualquier espacio ni cualquier envase. Porque más allá de almacenar los sobrantes de pan en la cocina, hay que evitar algunas costumbres asentadas.
La experta Kaisa Mensonen, directora ejecutiva de Bread Information, apunta como funamental para la conservación del pan que se mantenga a temperatura ambiente. Y esto supone algo básico: que no se debe guardar el pan en el frigorífico.
Según la experta, el frío de la nevera genera cambios en la estructura del almidón y acelera los procesos de envejecimiento del pan.
Ante esto, lo mejor es conservar el pan en su propio embalaje, como puede ser una bolsa de papel, dentro de la cual el secado de la barra es uniforme, lo que permite que la corteza resista más o menos crujiente.
Mensonen prefiere la bolsa de papel a la tradicional bolsa de plástico, ya que esta última si bien evita que la humedad se evapore, hace que la corteza pierda su textura crujiente. Lo bueno de las bolsas de plástico es que dentro, la barra, hogaza u otros tipos de panes no se endurecen ni se secan en exceso.