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Este es el sueldo de un obrero de la construcción en España en 2025

Este es el sueldo de un obrero de la construcción en España en 2025

El salario base de un peón de la construcción, sin especialización, ronda los 1.200 euros brutos al mes.

Imagen de un obrero alicatando baldosas.
Imagen de un obrero alicatando baldosas.Lajst via Getty Images

En un país donde la construcción ha sido históricamente uno de los motores económicos, el sueldo de quienes levantan muros y cimentan estructuras sigue siendo un termómetro del mercado laboral. En 2025, con la inflación estabilizada y la economía en fase de recuperación tras años de incertidumbre, el salario de los obreros de la construcción vuelve a estar en el centro del debate sindical y político. La publicación del nuevo Convenio General del Sector de la Construcción, con vigencia hasta 2026, ha traído consigo una actualización de las tablas salariales que afecta a miles de trabajadores en todo el territorio español. Este documento, firmado por los principales agentes sociales, establece los mínimos legales que deben respetarse en todo el país, aunque las cifras pueden variar según el convenio provincial o los acuerdos de empresa.

Según los datos más recientes, un trabajador del sector de la construcción en España percibe en promedio unos 1.680 euros brutos mensuales. Esta cifra incluye complementos como pluses de transporte, dietas o antigüedad, y puede oscilar entre los 830 euros en los puestos menos cualificados y los 4.510 euros en cargos técnicos o de supervisión. El salario base de un peón de la construcción, sin especialización, ronda los 1.200 euros brutos al mes, mientras que un oficial de primera puede superar los 1.500 euros, dependiendo de la comunidad autónoma. En regiones como Madrid, Cataluña o el País Vasco, donde el coste de vida es más elevado, los sueldos tienden a situarse por encima de la media nacional.

Además, el nuevo convenio colectivo establece que el salario mínimo del sector debe superar en al menos un 22% al Salario Mínimo Interprofesional (SMI), que en 2025 se sitúa en 1.134 euros mensuales en 14 pagas. Esto significa que ningún trabajador del sector puede cobrar menos de 1.384 euros brutos mensuales, lo que representa un avance respecto a años anteriores. La experiencia, la formación y la especialización son elementos clave que determinan el salario final. Un albañil con más de diez años de experiencia y formación en prevención de riesgos laborales puede negociar condiciones más ventajosas que un trabajador recién incorporado. Asimismo, los contratos indefinidos adscritos a obra, una figura cada vez más común tras la reforma laboral, ofrecen mayor estabilidad y mejores condiciones económicas.

Otro factor determinante es el tipo de jornada. Muchos obreros trabajan bajo regímenes de jornada intensiva o con horarios extendidos, lo que incrementa el salario mediante horas extras o incentivos por productividad. En algunos casos, los trabajadores pueden recibir primas por rendimiento o por trabajar en condiciones especiales, como en altura o con materiales peligrosos. Las diferencias entre comunidades autónomas siguen siendo notables. Por ejemplo, en Andalucía o Castilla-La Mancha, los salarios suelen estar por debajo de la media nacional, mientras que en Navarra o el País Vasco se sitúan en el rango alto. Esta disparidad responde tanto al coste de vida como a la presión sindical y la actividad constructiva en cada región.

El sector también enfrenta desafíos estructurales: la falta de relevo generacional, la escasez de mano de obra cualificada y la necesidad de adaptarse a nuevas normativas medioambientales están obligando a las empresas a ofrecer mejores condiciones para atraer y retener talento. En este contexto, el salario se convierte no solo en una cuestión económica, sino también en una herramienta de competitividad.