Esther, enfermera en Noruega: "Un enfermero recién incorporado puede ganar unos 3.000 euros al mes, con jornadas completas y turnos"
"No hay que opositar y las horas extra se pagan al doble".

La fuga de talento sanitario en España continúa en ascenso. Cada vez más enfermeras optan por emigrar a países como Noruega, donde encuentran mejores condiciones laborales, estabilidad y reconocimiento profesional. Esther Juara, enfermera vallisoletana, es uno de los casos de esta tendencia. Tras una experiencia Erasmus en Suecia, decidió establecerse en Noruega hace más de una década. Hoy, trabaja en horario de mañana, sin guardias, con un salario que supera los 3.000 euros mensuales: "Aquí se valora nuestro trabajo. No hay que opositar y las horas extra se pagan al doble", afirma.
La situación en España contrasta drástica y dramáticamente. Según el Informe del Ministerio de Sanidad sobre la situación y necesidades de enfermeras en España (2024), la ratio nacional es de apenas 6,2 enfermeras por cada 1.000 habitantes, frente a la media europea de 8,4. En comunidades como Castilla-La Mancha o Cantabria, los sueldos mínimos mensuales no alcanzan los 1.650 euros, mientras que en Canarias pueden superar los 3.300 euros.
El Sindicato de Enfermería (SATSE) denuncia que muchas profesionales atienden a más de 15 pacientes hospitalizados o incluso 100 residentes en centros sociosanitarios, lo que compromete la calidad asistencial y la salud mental del personal. La organización ha impulsado una calculadora de ratios para visibilizar esta sobrecarga y propone una ley que limite el número de pacientes por enfermera, adaptada a la complejidad de los cuidados.
¿Cuánto gana una enfermera en España?
Los sueldos varían según la comunidad autónoma, el ámbito asistencial y la especialización. En Atención Primaria, una enfermera generalista puede cobrar desde 1.647,94€ en Cantabria hasta 2.898,63€ en Canarias. En Atención Hospitalaria, los salarios oscilan entre 2.080,88€ y 3.318,20€, según datos de la Academia EIR. Las enfermeras especialistas perciben entre un 10% y un 25% más que sus compañeras generalistas.
La brecha salarial y la presión asistencial están empujando a miles de profesionales a buscar oportunidades fuera de España. Mientras tanto, el sistema sanitario nacional sigue sin ofrecer soluciones estructurales que frenen esta sangría de talento.
