El papa Francisco ha fallecido este lunes después de permanecer 12 años en el cargo y haber sido el primer pontífice americano y jesuita. Una pregunta que ha sido siempre planteada entre los fieles y observadores externos es si Francisco, así como otros pontífeces, cobran algún sueldo. La respuesta es no. A pesar de ser la máxima autoridad espiritual y el jefe del Estado del Vaticano, el papa Francisco no percibió un salario.

Históricamente, los pontífices han tenido todas sus necesidades cubiertas por el Vaticano, lo que elimina la necesidad de un sueldo. Desde su elección en 2013, el papa Francisco consolidó un estilo de vida austero y alejado de los lujos tradicionales. Por ejemplo, renunció a vivir en el Palacio Apostólico y eligió residir en la más modesta Casa Santa Marta, dentro del Vaticano.

Aunque no recibía un salario como tal, el papa tenía acceso a recursos económicos administrados por la Santa Sede para sus gastos personales y labores pastorales. Estos fondos provenían de diversas fuentes: el Óbolo de San Pedro (una colecta global para las obras del papa), donaciones privadas, ingresos del turismo, la venta de sellos y monedas conmemorativas, así como inversiones financieras.

Miembros del Vaticano que sí cobran

Por el contrario, otros miembros del Vaticano sí cuentan con remuneraciones establecidas. Los cardenales que trabajan en la Curia romana, el órgano administrativo central de la Iglesia, reciben en torno a 5.000 euros mensuales. 

Los obispos y sacerdotes que desempeñan funciones dentro del Vaticano ganan entre 1.500 y 2.500 euros. Asimismo, los laicos empleados en funciones administrativas, técnicas o de seguridad obtienen sueldos similares a los de los funcionarios públicos italianos, variando entre 1.200 y 3.000 euros, según su responsabilidad y antigüedad.

Además del salario, los empleados del Vaticano disfrutan de beneficios como vivienda a precios reducidos, atención médica y acceso a tiendas internas con productos más baratos que en el resto de Roma.

No obstante, la Santa Sede ha tenido que ajustar su economía en los últimos años. En 2021, el papa Francisco ordenó recortes salariales a los altos funcionarios, incluida la reducción del sueldo de los cardenales, para paliar la crisis financiera derivada de la pandemia y la caída del turismo. Esta medida se enmarca dentro de la política de austeridad que Francisco ha promovido desde el inicio de su pontificado.