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Investigadores españoles detectan un noveno tentáculo en un pulpo y alertan de su habilidad casi de otro mundo

Investigadores españoles detectan un noveno tentáculo en un pulpo  y alertan de su habilidad casi de otro mundo

Los expertos destacan la habilidad de adaptación de estos animales a pesar de encontrarse heridos.

Un pulpo nada en las costas indias, en una imagen de archivo.AMRE GUIBA VIA Getty Images

Un equipo de investigadores españoles ha observado durante meses un comportamiento ejemplar de la naturaleza. Es el caso de un pulpo, del que tras herir uno de sus tentáculos, no sólo ha desarrollado un noveno, sino que ha demostrado ser capaz de adaptarse y especializarse incluso para tareas "bastante complejas". 

En el estudio, recogido en la revista Wired, se destaca cómo estos cefalópodos pueden adaptar el uso de sus extremidades en función de las lesiones y la curación, "probablemente mostrando cambios en la forma en que su sistema nervioso controla el movimiento", tal y como confirman los investigadores.

De acuerdo a la información difundida, estos animales tienen ocho tentáculos flexibles equipados con numerosas células nerviosas, "lo que les permite interactuar con el entorno de manera única". De hecho, "las extremidades son capaces de tomar decisiones de forma independiente y pueden seguir moviéndose". Parte de las 500 millones de neuronas que poseen los pulpos se distribuyen a lo largo de sus ocho tentáculos. 

A veces, "también desarrollan características inusuales, como apéndices adicionales o subdivididos". Sin embargo, "se sabe muy poco sobre cómo esto afecta su movimiento y comportamiento". Esto es lo que realmente investigaron los expertos españoles. 

Para comprender la funcionalidad del nuevo tentáculo, "los investigadores primero grabaron 24 videos y tomaron casi 6.000 fotografías de un pulpo vulgaris macho joven, el pulpo común". Tras ser atacado por un depredador en las costas de Ibiza, sufrió heridas en cinco tentáculos, y aunque la mayoría ha vuelto a crecer normalmente, su extremidad derecha se ha dividido en dos apéndices más pequeños. 

Según lo publicado, en un primer momento, este nuevo miembro no se utilizaba para comportamientos complejos, como atrapar presas, "sino que se plegaban y se ocultaban bajo el cuerpo del pulpo". Posteriormente, los investigadores notaron que los dos apéndices del tentáculo asumían tareas "cada vez más complejas y agresivas" a medida que se fortalecían. Por ejemplo, "los utilizaba para sondear el fondo marino y diversos objetos que encontraba o para saltar hacia adelante y aferrarse a sus presas", tal y como reza la publicación.

En declaraciones recogidas por el digital, los autores del estudio afirmaron que "esta adaptabilidad subraya la flexibilidad de los pulpos". "Sus extremidades pueden reaccionar a la información sensorial sin requerir intervención cerebral, como si los apéndices tomaran decisiones de forma independiente". Además, "este comportamiento descentralizado parece extenderse también a los tentáculos divididos, que adquieren nuevas funciones con la curación y el tiempo", concluyen en la publicación.

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