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Jóvenes finlandeses señalan lo que más les choca de España y qué les parece carísimo en los supermercados

Jóvenes finlandeses señalan lo que más les choca de España y qué les parece carísimo en los supermercados

Aunque aseguran que sus vidas en nuestro país son buenas, reconocen que se enfrentan a ciertos desafíos que algunos no han podido aguantar.

Vista de Fuengirola (Málaga) desde un balcón.Antonio Hugo

La Costa del Sol se ha convertido en un pequeño enclave nórdico dentro de España. En Fuengirola (Málaga) residen miles de finlandeses que han encontrado en el sol y la playa un estilo de vida distinto al de su país de origen. 

Ahora, la televisión pública finlandesa Yle ha estrenado 'Fuge', un programa que sigue a Lumi (17), Corron (16), Sami (16), Milo (18) y Saaga (17), un grupo de adolescentes que crecen entre dos culturas y que muestran, con sus propias grabaciones, cómo es su día a día en el sur de Europa: desde las dificultades en la escuela hasta las diferencias en la comida, pasando por el transporte o las costumbres locales.

Una de las cosas más curiosas que llaman la atención a estos jóvenes es la gastronomía.  Saaga, originaria de Oulu, afirma que ha logrado adaptarse bastante bien a la comida española, pero se enfrenta a algunas dificultades a la hora de encontrar productos de su país. "El queso es carísimo aquí. El queso finlandés es mejor. También compramos pasteles de Carelia, sopa de jugo y yogur todas las semanas", comenta mientras muestra algunos de sus productos finlandeses favoritos.

El reto de estudiar en centros donde solo se habla español: "No lo recomiendo"

Corron, quien vive en Fuengirola con sus padres y su hermano pequeño, asegura que su vida en España es "bastante lujosa". " Amo a mis amigos, a mi familia, la vida aquí es buena", afirma. En cambio,reconoce que su adaptación al sistema educativo español no ha sido fácil

Mientras algunos de sus amigos asisten al instituto finlandés de la ciudad, Corron asiste a un centro escolar exclusivo para hispanohablantes, lo que ha incrementado las dificultades en su día a día. "Son las siete. Las mañanas son el doble de difíciles porque tienes que preparar tu propia comida para la escuela española. En la escuela finlandesa, la comida es gratis", cuenta.

Aunque quería estudiar en una escuela vocacional en Finlandia, sus padres le convencieron para quedarse en España. Pero las dificultades académicas han provocado que la situación se vuelva insostenible. "Se ha notado que la escuela de español es demasiado difícil para alguien que no habla español. Se ha acordado mi regreso a Finlandia. Es un gran cambio. Nunca pensé que me iría tan pronto. Llevo aquí poco más de un año", lamenta el joven. 

Así, aunque admite que la decisión de regresar a su país natal no ha sido fácil, ha hecho lo que creía mejor para él: "Esto es duro, pero la vida lo es. No recomiendo ir a una escuela de español si no sabes español. Me siento cansado", concluye. De vuelta en Finlandia, Corron planea seguir sus estudios en un campamento deportivo en Vierumäki, aunque todavía no lo sabe con certeza: "Finlandia tiene mejor educación, aunque en España tampoco está mal".

Costumbres o temperaturas, los otros retos

El contraste cultural no se limita a la educación. Para los adolescentes finlandeses en la Costa del Sol, muchas de las costumbres españolas resultan extrañas. Martín, amigo cercano de Corron, señala que "aquí hace unos 25-26 grados y no puedes andar por aquí en el centro de Marbella sin camiseta".

Por su parte, Lumi, quien lleva una década en España, habla de un cambio de comportamiento cuando el clima cambia: "Aquí en España, la gente no sabe cómo vivir cuando llueve. Es bastante tranquilo allí".

También comenta la incomidad que genera a los jóvenes finlandeses el tema de los pagos y el transporte público. Señala que, a diferencia de Finlandia, donde las aplicaciones móviles facilitan las compras y pagos, en España todavía es común pagar el transporte y otros productos en efectivo. "Aquí no hay ninguna. Hay que pagar las entradas con monedas", explica.

Comprar en los supermercados españoles tampoco es tarea fácil para ellos. "Esta es una venta local, pero no se sabe muy bien qué se compra. Siempre es un poco misterioso si no se habla el idioma", comenta Milo mientras recorre los pasillos del supermercado en busca de fideos. "La otra cosa es que aquí nunca encuentras nada. Los supermercados son un infierno. Es un laberinto", añade.

A pesar de las dificultades y las diferencias culturales, los jóvenes finlandeses disfrutan de una vida relajada en la Costa del Sol y no piensan en regresar a su país de origen. "Aquí hay mar, una playa de arena, hace más calor... No siento ninguna necesidad de extrañar Finlandia", resume Sami, quien se mudó desde Vantaa.

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