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La NASA lanza una clasificación de lunas y superlunas para aprender a distinguirlas

La NASA lanza una clasificación de lunas y superlunas para aprender a distinguirlas

Aunque menos espectaculares visualmente, las microlunas también tienen valor científico.

Vista de la Luna.Alex Pena

La clasificación de lunas propuesta por la NASA se basa principalmente en la distancia entre la Tierra y la Luna durante las fases lunares. En este contexto, se considera una “superluna” cuando la Luna llena o nueva ocurre cerca del perigeo, es decir, el punto más cercano de su órbita elíptica alrededor de la Tierra. Esta proximidad hace que la Luna se vea hasta un 14% más grande y un 30% más brillante que cuando está en el apogeo, su punto más lejano.

Pero no todas las lunas cercanas califican como superlunas. La NASA ha definido un umbral específico: para que una luna llena sea considerada una superluna, debe situarse a menos de 360.000 kilómetros de la Tierra en el momento exacto de su plenitud. Esta cifra, aunque técnica, permite una clasificación objetiva y repetible, eliminando ambigüedades que antes eran comunes incluso entre astrónomos.

Además de las superlunas, la NASA también ha categorizado las llamadas “microlunas”. Estas ocurren cuando la Luna llena o nueva coincide con el apogeo, lo que la hace parecer más pequeña y menos brillante. Aunque menos espectaculares visualmente, las microlunas también tienen valor científico, ya que permiten estudiar cómo varía la percepción lunar en función de su distancia.

Un aspecto interesante de esta clasificación es su aplicación tanto a lunas llenas como nuevas. Tradicionalmente, el término “superluna” se asociaba solo a lunas llenas, pero la NASA ha ampliado su definición para incluir también las lunas nuevas que ocurren en el perigeo. Aunque estas no son visibles a simple vista, su influencia gravitacional es notable, especialmente en fenómenos como las mareas extremas.

La NASA ha publicado un calendario detallado que identifica todas las superlunas y microlunas del año, incluyendo sus fechas exactas y distancias relativas. En 2025, por ejemplo, se esperan tres superlunas llenas: el 7 de octubre, el 5 de noviembre y el 4 de diciembre. También habrá tres superlunas nuevas: el 29 de marzo, el 27 de abril y el 27 de mayo. Esta información no solo es útil para observadores del cielo, sino también para científicos que estudian la interacción Tierra-Luna.

La clasificación también contempla aspectos culturales y tradicionales. Aunque la NASA se enfoca en criterios astronómicos, reconoce la importancia de los nombres populares de las lunas, como la “Luna del Lobo” o la “Luna de la Cosecha”. Estos nombres, aunque simbólicos, se integran en los calendarios lunares para facilitar la conexión entre ciencia y cultura.