Luis Martín, experto en detección de mentiras: "Ni se te ocurra interrumpir a una persona que creas que te está engañando"
Hay que fijarse en muchos aspectos para cazarlo.
La mentira es una constante en las interacciones sociales de un gran número de población. La psicología apunta que detrás de esta manipulación de la realidad se esconde un sufrimiento emocional que puede conducir a la desconfianza y la ausencia de de credibilidad.
Los investigadores no se ponen de acuerdo en sus estudios sobre la cantidad de mentiras que puede decir una persona a lo largo del un día. Una investigación de David Markowitz, de la Universidad de Oregón, a través de una encuesta realizada a 205 participantes, determinó que la gente dice una media de 1,08 mentiras al día. Por su parte, una investigación de la Universidad Estatal de Michigan en 2010 elevó hasta 20 las mentiras que una persona puede pronunciar a lo largo de 24 horas.
Ante ello, la solución pasa por desarrollar técnicas que ayuden a 'cazar' a un mentiroso. Luis Martín, experto en detección de mentiras, tiene la clave: "Déjale hablar. Ni se te ocurra interrumpir a una persona que creas que te está engañando. Todo el mundo miente, yo no conozco a nadie que no mienta. Y además me baso en investigaciones científicas para decir esto. Se ha estudiado incluso el número de mentiras y son muchas las mentiras que todo el mundo a diario decimos", manifiesta en una entrevista en el canal de Tiktok @tienesentidopodcast.
El experto sostiene que "para el cerebro es mucho más difícil mentir" y pide prestar a lo que denomina el gesto apaciguador del estrés para hacer una radiografía de la mentira: "Todos tenemos el nuestro. Típico de chicas, cabello y joyas. Las chicos, mucho la cara y el cuerpo. Luego tenemos las miradas de huida, cuando el cuerpo no puede huir, es la mirada la que huye. En la alegría, labios hacia arriba. La tristeza, no os fieis de las lágrimas, lo digo por experiencia", manifiesta.
Por otro lado, habla de la importancia de la sonrisa, que la define como "la gran careta de las emociones". Y es que, en lo que al cuerpo se refiere, Martín apostilla que hay ciertos deslices gestuales entre los mentirosos: "Cuando una persona te dice que sí a una pregunta y, sin embargo, la cabeza hace movimientos contrarios", subraya, añadiendo que también es importante analizar la tonalidad: "Es frecuente que una persona, cuando miente, sabiendo evidentemente que está mintiendo, suele bajar el volumen", afirma.
Por último, pone el foco en el distanciamiento corporal como un factor clave de detección: "Imagínate que me haces una pregunta que es incómoda y yo te quiero engañar, entonces extrañamente se me ve como me levanto de la silla y me recoloco. Alerta", puntualiza, para acabar diciendo que "si mentimos podemos llegar a vivir más e incluso pasar mejor una entrevista o una prueba deportiva. Si tú vas a un juicio y vas a decir la verdad, sería mejor que el juez fuera un buen mentiroso".