"No me hizo ni caso": los supuestos abusos en la diócesis de Getafe que Zornoza no atendió
El hoy obispo de Cádiz, al que el Vaticano investiga por pederastia, encubrió otros casos en su etapa madrileña, incluso cuando las víctimas recurrieron a él buscando ayuda. Roma prepara su relevo, a los cuatro meses de ser denunciado.
El arzobispo de Madrid, José Cobo, admitió ayer tarde que la acusación sobre el obispo de Cádiz y Ceuta, Rafael Zornoza, por un presunto delito de abusos sexuales contra un menor es una "drama", si bien mostró "mucha confianza" en la investigación de la Santa Sede y en que se resuelva "con rapidez". "La cosa está en buenas manos, o los cauces que tenemos son cauces buenos", dijo.
La denuncia está en Roma, es verdad, pero las indagaciones periodísticas desvelan que cerca de su terreno de actuación también hay sospechas por acciones pasadas, de las que se esperan explicaciones. Así, el diario El País, el que desveló el caso contra Zornoza, publica hoy "tres historias ocultas de abusos y encubrimiento", tres presuntos casos más que tuvieron lugar en la diócesis de Getafe cuando Zornoza ocupaba cargos de importancia en ella, que no fueron investigados. El propio obispo de Cádiz fue contactado en busca de ayuda y consuelo y se encontraron con un muro. Poca empatía cristiana. Se sabe que en al menos dos de los casos, Zornoza sabía.
Los casos "muestran un patrón común que, en realidad, ha sido la práctica generalizada en la Iglesia española: traslado del acusado de un lugar a otro, ninguneo de las víctimas y sospechas de encubrimiento de los responsables del obispado, en el que Zornoza tenía un papel destacado y estrecha relación con algunos implicados", expone la información. En estos casos concretos, se cuestiona lo hecho por tres obispos: Francisco José Pérez (1991-2004), ya fallecido; Joaquín María López de Andújar (2004-2018), obispo emérito de Getafe en la actualidad; y Ginés García Beltrán, el hoy titular. "La ausencia de protocolos y directrices hizo que en algunos casos antiguos no siempre se gestionasen adecuadamente y con celeridad las denuncias presentadas", explican hoy, a preguntas del diario, que lleva años indagando en los abusos de la Iglesia Católica en España y que tiene contabilizados, en total, al menos seis casos en dicha diócesis.
Los tres casos tapados en tiempos de Zornoza son variados. En uno de ellos, podría ser el del sacerdote José María Carrascosa, "movido durante 14 años" e incluso hasta a Portugal para no asumir responsabilidades. "Estuvo en el seminario menor de Getafe, situado en Rozas de Puerto Real; luego en el seminario mayor del Cerro de los Ángeles, y finalmente, en la parroquia de la Asunción de Valdemoro, donde tuvo lugar el último caso. Finalmente entonces se abrió un proceso contra él que acabó con la expulsión", expone la noticia. Pérez, añade, "fue el primer obispo de la diócesis y venía de la parroquia de San Jorge, en Madrid, donde también estaba Rafael Zornoza, como mano derecha suya".
Cuando se abrió el seminario mayor, en 1994, el obispo le colocó al frente como rector. Es en este lugar donde sitúa los abusos la persona que ahora ha denunciado a Zornoza, producidos a partir de 1994, durante siete años. "Según un cura que desea mantenerse en el anonimato, se hizo muy amigo de Zornoza: “Eran inseparables”. Siendo ya Zornoza obispo auxiliar de Getafe (desde 2005) pero aún rector del seminario y superior de Carrascosa, el cura fue acusado de nuevos abusos en el centro. Salió de allí repentinamente y fue enviado de párroco a Valdemoro, donde volvió a cometer agresiones. Entonces ya era obispo Joaquín López Andújar. En el mismo año de la condena de Carrascosa, 2011, Zornoza fue nombrado obispo de Cádiz". El cura ya está fallecido, sin posibilidad de justicia.
El segundo de los casos que destapa El País tiene que ver con Alberto Arrastia Cebrián, otro cura de Getafe, fallecido también en 2021, "acusado de abusos por dos personas que lo han denunciado en el obispado", caso que también sucede en la órbita de Zornoza. "Jorge, nombre ficticio, tiene 40 años y entre 2001 y 2004, cuando tenía 16, fue víctima de abusos sexuales de este sacerdote en la parroquia San José Obrero de Móstoles. Arrastia tenía por aquella época 32 años. Jorge lo denunció en enero de 2024 ante el obispado de Getafe", se lee. En declaraciones al diario, expone que se lo contó al hoy obispo de Cádiz en 2002, en un viaje a Italia de la diócesis, de esos en los que se buscaba a jóvenes seminaristas. Zornoza elegía a los jóvenes candidatos. "Salíamos de ver a Santa Clara y le dije: ‘Don Rafael, tengo que hablar con usted de una cosa que está pasando con don Alberto en la parroquia y que no está bien’”, cuenta a este periódico. “Me largó con un: ‘Bueno, bueno, después hablamos’. Nunca lo hicimos. Yo me quedé bloqueado y no volví a intentar sacar el tema. Me largó, no me hizo ni caso", denuncia.
Los daños de aquellos abusos perduran en este hombre. “Esto te atormenta de por vida”, reconoce. Su relato espanta. "Casi todos los viernes venía a verme a catequesis y me llamaba para que fuera con él con cualquier excusa: mover un armario, comentarme algo de peregrinación, darme mi sotana de monaguillo. Cuando lo acompañaba, me obligaba a confesarme, me llevaba a la capilla o a la sacristía y cuando me arrodillaba para la absolución, apretaba mi cabeza contra sus genitales dando en mi cara. Se notaba su erección".
También lo forzaba a darle masajes en los hombros y aprovechaba para tocarle cuando estaban en su despacho. “Me decía que yo era uno de sus favoritos”, relata. Otras veces invitaba a varios chicos a un bar y bebían cerveza con él, aunque eran menores. “Luego al salir siempre me pedía que fuéramos al parque de la parroquia para que me confesara. Siempre con la misma técnica”, expone en su denuncia.
Contra este religioso carga también Rafael Arrabé, de 38 años, que ha denunciado en el obispado abusos entre 2003 y 2004, cuando él tenía entre 16 y 17 años. "Se volvió atosigante, con adulaciones constantes y alguna salida de tono". “No pasa nada porque manifiestes tu afecto por los demás con un beso, los hombres también se besan”, le decía.
"En unas fiestas de Móstoles en mayo de 2004 Arrastia le invitó a unas copas. Luego le propuso quedarse a dormir en la parroquia y que avisara a sus padres con un mensaje. Relata que en la casa parroquial solo había una habitación, le cedió su cama y él se fue a dormir al salón. “Pero me desperté de repente cuando noté que Alberto estaba tratando de masturbarme con una mano y con la otra se masturbaba él. No sé cuánto tiempo llevaba metido en la cama conmigo. Fue tal la repugnancia que sentí que salté de la cama mientras él siguió masturbándose”, asegura. Teniendo 21 años, el chico se lo contó a su cura, que lo trasladó al obispo, Joaquín María López de Andújar. "Lo silenció y no hizo nada".
Cuando todo esto sucede, 2004, Zornoza es el rector del seminario. Y de alguna forma también es el responsable de la casa sacerdotal, por eso debió saber. García Beltrán se interesó por lo ocurrido, llamó a las víctimas y las escuchó, pero no envió el caso al Vaticano, se cerró la investigación y se propuso indemnización. En sus declaraciones, las dos víctimas dijeron insistieron en que Zornoza tenía que estar al tanto y ser conocedor de los abusos.
Otro caso es el del sacerdote J. A. F., denunciado en el obispado de Getafe a principios de 2021, ya con el actual obispo Ginés García Beltrán, después de que El País remitiese a la víctima a su oficina de atención a víctimas de abusos. "Sin embargo, durante cuatro años la diócesis le ha mareado sin informarle de nada, ocultándole información y sin decidirse a resolver su caso", se denuncia.
Los hechos denunciados ocurrieron entre 1989 y 1992 en la parroquia de La Asunción de Móstoles, cuando el menor tenía entre 13 y 15 años. El sacerdote lo condujo de la parroquia a la casa del cura. Allí, sin recordar cómo se fueron sucediendo los hechos, acabaron desnudos y el sacerdote abusó de él. Este señalado también ha sido movido por distintos lugares de España, sin consecuencias. "El caso solo ha salido adelante por la constante insistencia de la víctima, bombardeando de correos electrónicos y llamadas a las diócesis implicadas". Se ha cerrado con una "amonestación formal" al sacerdote.
A la espera de futuro
Por su parte, Eldiario.es publica también hoy que la sustitución del obispo de Cádiz y Ceuta "podría producirse en breve". Incluso, antes de la llegada del nuevo nuncio en España, Piero Pioppo, prevista antes de Navidad. "En mentideros eclesiásticos se habla del obispo de Guadix, Francisco Jesús Orozco, como sustituto del prelado denunciado", añade la información.
El todavía obispo de Cádiz y Ceuta lleva año y medio de prórroga después de que el 31 de julio de 2024 cumpliera 75 años y presentara la preceptiva renuncia ante la Santa Sede.
El presidente de la Conferencia Episcopal Española, Luis Argüello, reconoció hace dos días con "dolor" que el hecho de que el Vaticano haya abierto una investigación sobre él, "concede una verosimilitud a la acusación" de abusos sexuales a un menor que se formula contra él, pero al mismo tiempo ha pedido respetar la presunción de inocencia.