Qué son los accidentes geográficos
Cada uno de estos accidentes tiene una formación y características únicas que los distinguen.

Los accidentes geográficos se clasifican en varias categorías según su origen y características. Entre los más comunes se encuentran las montañas, los valles, las mesetas, las llanuras, los desiertos, los ríos, los lagos y los océanos. Cada uno de estos accidentes tiene una formación y características únicas que los distinguen.
Las montañas, por ejemplo, son elevaciones naturales del terreno que se forman principalmente por la colisión de placas tectónicas. Este proceso, conocido como orogénesis, puede durar millones de años y dar lugar a cadenas montañosas como los Andes o el Himalaya. Las montañas no solo son impresionantes por su altura, sino que también influyen en el clima y la biodiversidad de las regiones circundantes.
Los valles, por otro lado, son depresiones del terreno que suelen formarse por la erosión causada por ríos o glaciares. Un ejemplo notable es el Gran Cañón en Estados Unidos, que fue esculpido por el río Colorado a lo largo de millones de años. Los valles son importantes corredores ecológicos que albergan una gran diversidad de flora y fauna.
Las mesetas son áreas elevadas con una superficie relativamente plana. Se forman por la elevación de grandes bloques de la corteza terrestre o por la acumulación de lava en erupciones volcánicas. Un ejemplo destacado es la Meseta del Tíbet, que es la más alta y extensa del mundo. Las mesetas pueden tener climas extremos y ser menos habitables que otras regiones.
Las llanuras son extensiones de terreno plano o suavemente ondulado que se forman por la sedimentación de materiales transportados por ríos, viento o glaciares. Estas áreas son muy fértiles y suelen ser utilizadas para la agricultura. Las Grandes Llanuras de América del Norte son un ejemplo de este tipo de accidente geográfico.
Los desiertos son regiones áridas con escasa vegetación, formadas por la falta de precipitaciones. Pueden ser cálidos, como el Sahara, o fríos, como el desierto de Gobi. Los desiertos presentan condiciones extremas que dificultan la vida, pero también albergan especies adaptadas a estos entornos hostiles.
Los ríos son corrientes de agua que fluyen desde zonas altas hacia el mar, un lago o un río más grande. Se forman por la acumulación de agua de lluvia, deshielo o manantiales. Los ríos son vitales para el suministro de agua dulce, la agricultura y el transporte. El río Amazonas, el más caudaloso del mundo, es un ejemplo de la importancia de estos accidentes geográficos.
Los lagos son cuerpos de agua dulce o salada rodeados de tierra. Se forman por la acumulación de agua en depresiones del terreno y pueden ser de origen tectónico, volcánico o glaciar. El lago Baikal en Rusia es el más profundo del mundo y contiene una quinta parte del agua dulce no congelada del planeta.
Finalmente, los océanos son vastas extensiones de agua salada que cubren más del 70% de la superficie terrestre. Se formaron hace millones de años y son esenciales para la regulación del clima y la vida marina. El océano Pacífico es el más grande y profundo de todos.
