Un estudio reciente sostiene que un fenómeno que se repite en España en verano hace que las personas envejezcan más rápido
"Estamos ante un cambio de paradigma en nuestra comprensión del alcance y la gravedad del impacto del calor en nuestra salud".
El calor afecta notablemente a nuestra salud mental. "Actúa como un estresante que activa nuestro sistema nervioso. Al detectar que alrededor todo se caldea, el cerebro da órdenes para intentar parar o reducir la incómoda sensación de sofoco", algo que, según explica en The Conversation Susana P. Gaytan, profesora titular de Fisiología de la Universidad de Sevilla, puede hacernos sentir frustrados o enfadados.
La ciencia también ha constatado que el calor extremo puede provocar muertes prematuras a corto plazo. Por ejemplo, el Sistema de Monitorización de la Mortalidad Diaria (MoMo) estimó 1.149 muertes atribuibles a las altas temperaturas durante la ola de calor de 16 días que sufrió España este mes.
Ahora, una reciente investigación publicada en la revista Nature Climate Change ha verificado que la exposición repetida a unas temperaturas extremadamente altas también puede acelerar nuestro envejecimiento biológico. El hallazgo, señalan los científicos, sitúa el impacto de las olas de calor en un nivel similar al del tabaquismo, el consumo del alcohol, la mala alimentación o la falta de ejercicio.
"Las olas de calor también son cada vez más frecuentes y duraderas"
Los investigadores analizaron la relación entre la exposición a olas de calor y la llamada "edad biológica" de los participantes, un indicador de salud general calculado a partir de parámetros como la presión arterial, la inflamación, el colesterol y las funciones pulmonares, hepáticas y renales. Al comparar esos valores con la edad cronológica de cada persona, se constató que el calor extremo estaba asociado a un envejecimiento más acelerado.
El estudio reveló que la edad biológica aumentó aproximadamente nueve días en personas que sufrieron cuatro días adicionales de ola de calor en un período de dos años. El impacto fue mucho mayor en trabajadores manuales, más expuestos a temperaturas extremas, quienes registraron un aumento equivalente a 33 días en su edad biológica.
Aunque estas cifras pueden parecer modestas, los científicos aseguran que se produjeron en apenas dos años, lo que sugiere consecuencias mucho más graves a lo largo de la vida.
"Si bien la cifra en sí puede parecer pequeña, con el tiempo y en diferentes poblaciones, este efecto puede tener implicaciones significativas para la salud pública", advierte en declaraciones recogidas por The Guardian la Dra. Cui Guo, de la Universidad de Hong Kong, quien dirigió la investigación. "Las olas de calor también son cada vez más frecuentes y duraderas, por lo que el impacto en la salud podría ser mucho mayor [en el futuro]", añade.
Un "cambio de paradigma" en la salud pública
Por su parte Paul Beggs, profesor de la Universidad Macquarie de Sídney (Australia), destaca que el estudio transforma la manera en que entendemos los efectos del calor en el organismo. "Muchos de nosotros hemos experimentado olas de calor y hemos sobrevivido ilesos, o eso creíamos. Se demuestra ahora que la exposición a las olas de calor afecta la velocidad a la que envejecemos", comenta.
El especialista recuerda que, "en 2024, los científicos descubrieron que la exposición al calor en la infancia afecta negativamente el desarrollo de la sustancia blanca cerebral en los niños". Esto, sumado al nuevo descubrimiento, refleja que "estamos ante un cambio de paradigma en nuestra comprensión del alcance y la gravedad del impacto del calor en nuestra salud. El impacto puede ocurrir a cualquier edad y puede durar toda la vida".