Ha ocurrido en Écija (Sevilla) y lo ha contado La Voz del Sur: un joven ha acabado en el hospital por usar un pinganillo para copiar en un examen del carnet de conducir de la Dirección General de Tráfico (DGT). "El dispositivo, un pinganillo introducido en profundidad en el canal auditivo de uno de los examinados, obligó a su traslado al Hospital de Écija, donde facultativos procedieron a su extracción", afirma la noticia. Ha trascendido que la intervención se llevó a cabo sin problemas, pero no se conoce en qué estado se encuentra el afectado. 

La historia es aún mayor porque, al parecer, los agentes de la Policía Local astigitana identificaron hasta a tres aspirantes al permiso de la DGT que estaban haciendo trampas durante su examen teórico. Usaban, en todos los casos, "dispositivos inalámbricos ocultos entre su ropa". Los vigilantes de la prueba dieron el aviso y la Policía intervino de seguido. 

El diario expone que se decretó de "manera inmediata" la expulsión de los implicados del recinto donde se llevaba a cabo la prueba y se confiscaron tanto los aparatos que llevaban para copiar como la ropa que vestían en ese momento, todo pruebas. El protocolo habitual, añade, implica que se envíe todo a la DGT y ella ya se encarga de imponer la sanción correspondiente. 

Según recoge la última reforma de la Ley de Tráfico (vigente desde el 21/03/2022), este intento de fraude lleva una sanción de 500 euros y la imposibilidad de presentarse al examen del Ministerio del Interior durante un plazo de seis meses. Las sanciones se pueden conocer en la web del Tablón Edictal de Sanciones (TESTRA).

Los agentes explican a La Voz del Sur que "este tipo de prácticas fraudulentas se han vuelto cada vez más habituales" y por eso han tenido que incrementar "la vigilancia y control en estas pruebas, lo que ha permitido detectar un mayor número de irregularidades en los últimos meses".