Un joven se somete a un trasplante capilar y los resultados dejan mucho que desear: "Después de dos días, parecía Megamind"
Su frente se hinchó hasta duplicar su tamaño.

Un británico de 26 años quedó prácticamente irreconocible después de someterse a un trasplante capilar. El procedimiento, que en principio buscaba mejorar su apariencia y devolverle la confianza perdida por la caída del cabello, terminó generando una reacción posoperatoria.
Logan Henderson, que llevaba sufriendo pérdida de cabello desde los 19 años, acudió el pasado 1 de noviembre a una clínica para someterse a una cirugía en la que le implantaron alrededor de 4.500 folículos pilosos. Sin embargo, los días posteriores se convirtieron en una auténtica odisea.
Según recoge The Sun, la frente de Logan se hinchó hasta duplicar su tamaño, al punto de que apenas podía abrir los ojos. Él mismo relató la situación con humor en la plataforma What's the Jam: “Después de dos días, parecía Megamind”. La recuperación, lejos de ser rápida o discreta, resultó especialmente dura.
Un postoperatorio muy duro
Para proteger los injertos, tuvo que dormir sentado durante diez noches, utilizando además una diadema especial diseñada para reducir la inflamación. Pero, según cuenta, el efecto fue el contrario: “solo ayudaba a acumular la hinchazón en la frente y la coronilla”.
Al tercer día, la situación se volvió más grave ya que sus ojos adquirieron un tono azul muy pronunciado y el derecho dejó de cerrarse correctamente. “Mi frente era el doble de grande de lo habitual. Durante una semana ni siquiera pude sentir la forma de mi cráneo; todo era como una almohada”, explicó.
Un proceso muy largo
La hinchazón progresiva deformó su rostro hasta el punto de que decidió quedarse recluido en casa. En redes sociales, donde compartió su proceso, recibió todo tipo de comentarios: desde “recuerda el futuro” hasta “piensa demasiado”, según recoge lrytas.
Los especialistas que lo atendieron señalaron que este tipo de inflamación puede ser habitual tras un trasplante capilar masivo, y que el resultado definitivo no podrá evaluarse hasta dentro de unos 12 meses.
A pesar del susto y las molestias, Logan no se arrepiente de su decisión: “Debería haberme afeitado la cabeza por completo o haberlo intentado. No quería quedarme calvo y pensar: ¿y si me hubiera atrevido?”, afirmó. El joven continúa su recuperación a la espera de que, finalmente, su cabello luzca como esperaba.
