Una anciana avisa a su amiga de un extracto raro en su cuenta y se desata el brutal fraude que acaba en prisión
La acusada dijo que utilizó el dinero de la mujer con su permiso, porque no quería dejar nada a sus familiares.

Una cuidadora finlandesa se aprovechó de la situación de una mujer de casi 90 años con demencia, a la que cuidaba, para quitarle decenas de miles de euros de sus tarjetas bancarias.
La historia ha sido contada por el medio finlandés Is.fi. La anciana víctima del delito vivía sola y recibía la visita de una enfermera todas las semanas. Según el estado de la mujer, el médico había recomendado visitas de atención domiciliaria 2 o 3 veces por semana.
La anciana no tenía tutor, así que decidió contar con una amiga que vivía muy cerca de ella para este propósito. Juntas descubrieron al poco tiempo que en su cuenta bancaria se habían cargado compras que no había hecho la mujer, como por ejemplo la adquisición de muebles o accesorios para animales.
Más tarde, se descubrió también que la anciana había "contratado" a una cuidadora privada, que resultó ser la cuidadora original. Según el testimonio de la acusada de este delito, la anciana le había cedido su tarjeta para ir dejando su cuenta bancaria a cero. El motivo era que sus familiares no la visitaban y sólo estaban interesados en su dinero y su casa.
La enfermera dijo que utilizó el dinero de la anciana con su permiso, porque no quería dejar nada a sus familiares. De hecho, la anciana quería donar parte de su patrimonio a obras de caridad y con su dinero se compraron, entre otras cosas, tarjetas de regalo para este fin.
La atención domiciliaria se suspendió en octubre y la acusada explicó que, desde entonces, había realizado visitas a título particular.
La investigación reveló posterirmente que la trabajadora de atención domiciliaria tenía problemas con el juego y muchas deudas. Además, había retirado más de 22.000 euros con la tarjeta bancaria de la anciana a lo largo de seis meses y había realizado compras con su tarjeta por un total de más de 46.000 euros. En total, gastó alrededor de 69.000 euros de los fondos de la víctima.
El tribunal de distrito consideró que el delito era indignante, ya que la víctima era una persona mayor que vivía sola y que tenía problemas de memoria y se encontraba en una situación vulnerable. La anciana, de hecho, murió antes de que se conociera la sentencia.
El tribunal de distrito condenó a la acusada a una pena de prisión incondicional de 1 año y 7 meses. La acusada apeló y finalmente tuvo que hacer frente a una condena de seis meses. Además, la mujer tuvo que pagar 67.000 euros y las costas judiciales, de unos 4.500 euros.