El pueblo de Huesca que ha visto en la robótica la fórmula para frenar la despoblación
Una iniciativa que atrae de nuevo a personas que se fueron hace años.
En un momento en el que la despoblación se extiende como una amenaza silenciosa sobre cada vez más municipios rurales, encontrar fórmulas eficaces para revertir esta tendencia se ha convertido en una prioridad. Más allá de las soluciones tradicionales, algunos pueblos empiezan a explorar caminos menos evidentes, basados en la innovación, el empleo estable y la apuesta por el futuro.
En ese escenario, la experiencia de Binéfar emerge como un ejemplo singular de cómo una iniciativa industrial inesperada puede cambiar el rumbo de una localidad. En un giro que parece sacado de una novela de ciencia ficción, este municipio de la comarca de La Litera, en la provincia de Huesca, ha convertido una planta de robótica en la palanca para crear empleo, retener talento y devolver pulso a su economía local.
La fábrica de Escribano Mechanical & Engineering (EM&E), especializada en sistemas robóticos, ha acelerado su crecimiento y se ha convertido en el motor industrial que muchos vecinos esperaban. A finales de 2024, la compañía anunció una inversión de alrededor de 15 millones de euros con el objetivo de ampliar plantilla y capacidades productivas. Según recoge Cadena SER, la previsión oficial es pasar de poco más de un centenar de trabajadores a cerca de 300 en los próximos años.
Vuelta al pueblo
Los responsables de la fábrica aseguran que en apenas un año han duplicado la plantilla, y vuelcan su esperanza en la posibilidad de triplicar las instalaciones antes de que se termine la década. En este contexto, la empresa asegura que buena parte de las nuevas incorporaciones proceden de la comarca o son personas que han regresado al municipio tras años fuera, contribuyendo al objetivo principal de combatir la despoblación.
El impacto no se limita al interior de las naves, sino que comercios, servicios profesionales, el mercado de la vivienda y la oferta formativa local también han registrado movimiento. La llegada de técnicos y familias genera demanda y dinamiza la vida diaria de Binéfar, que en los últimos padrones ha mantenido y ligeramente aumentado su población por encima de los 10.000 habitantes, una excepción en la España rural marcada por la pérdida de vecinos.
¿Por qué robótica?
La demanda internacional de sistemas automatizados y la era de la inteligencia artificial han convertido la robótica en un sector con demanda sostenida. Empresas como EM&E fabrican robots y vehículos que pueden emplearse en misiones de alto riesgo, lo que sitúa a la planta como un proveedor industrial con contratos y know-how que justifican inversiones y mano de obra especializada.
Para un pueblo rural como Binéfar significa un salto generacional: pasar de una economía tradicionalmente agrícola e industrial ligera a empleos técnicos en electrónica, mecánica de precisión, software y pruebas de campo. Esa transición ofrece puestos mejor remunerados y estables, algo que muchos pueblos intentan sin éxito con incentivos a corto plazo, y sitúa a la localidad en una senda de desarrollo sostenido que no depende de ayudas puntuales, sino de una base productiva capaz de generar oportunidades reales a largo plazo.