Resucitan un invento que llevaba años guardado y montan una empresa que aspira a alcanzar los 20.000 millones de euros
Una investigación universitaria olvidada vuelve a la vida y capta el interés de fondos públicos y privados.
Lo que durante décadas se consideró una técnica marginal, delicada y de uso casi exclusivo en laboratorios de alta especialización ha dado un giro radical. La start-up finlandesa Acouspin ha recuperado la tecnología del electrohilado (un método centenario para fabricar nanofibras a partir de polímeros líquidos) y la ha transformado en una herramienta automatizada, fiable y lista para escalar a nivel industrial.
En lugar de utilizar las agujas físicas que tradicionalmente han entorpecido este tipo de procesos (por su tendencia a obstruirse y exigir operarios con formación técnica específica), Acouspin se vale de una tecnología ultrasónica que genera una “aguja virtual”. Así lo define Maximilian LeRoux, director ejecutivo de la empresa: “Queremos que fabricar nanofibras sea tan sencillo como pulsar un botón”.
El proceso, supervisado y optimizado en tiempo real por inteligencia artificial, permite formar fibras con un grosor de entre 10 y 100 nanómetros. Esa precisión, hasta ahora reservada a instalaciones científicas, se consigue con una intervención mínima del usuario. “El electrohilado ha sido tradicionalmente un método difícil de usar. Las agujas se obstruían, la producción se detenía durante horas, y todo dependía de expertos que dominaran cada detalle técnico”, explica LeRoux.
Del laboratorio al mercado global
La tecnología que sustenta este avance no es nueva, pero llevaba años olvidada. Surgió de un proyecto conjunto entre las universidades de Helsinki y Tartu, en Estonia, centrado en la producción de cuero artificial biodegradable para tratar heridas crónicas. A pesar del potencial biomédico de la investigación, el proyecto quedó aparcado hasta que la universidad finlandesa recibió el contacto inesperado de una entidad interesada en adquirir la tecnología. Ese impulso reactivó el desarrollo y dio lugar a la creación de Acouspin como empresa derivada del entorno académico.
Desde entonces, la compañía ha obtenido financiación inicial de Nordic Science Investments, de la agencia pública Business Finland y de varios fondos de la Universidad de Helsinki. El apoyo institucional ha permitido consolidar un plan de negocio ambicioso, con aplicaciones potenciales en sectores como la biomedicina, la filtración de alta precisión, el textil técnico o incluso la electrónica avanzada.
Según cuenta Tekniikka & Talous, Acouspin calcula que el mercado global de su tecnología puede alcanzar los 20.000 millones de euros. La estimación se basa en el volumen conjunto de los sectores industriales en los que su plataforma de producción automatizada podría aplicarse con éxito.