Una cinta transportadora de frío extremo amenaza a Europa y expertos avanzan si una Filomena es posible este invierno
Algunos países europeos podrán experimentar temperaturas de hasta -20ºC a unos 1.500 metros de altitud.

Europa se verá afectada en los próximos días por una intensa ola de frío debido a las "profundas ondulaciones del chorro polar", advierte el meteorólogo Samuel Biener, que mantendrán bloqueos anticiclónicos entre Groenlandia y Escandinavia. A su vez, una serie de borrascas profundas llegarán por el Atlántico, lo que influirá en la meteorología de España la próxima semana.
Biener explica que el chorro polar, también conocido como "jet stream", es una corriente de vientos extremadamente fuertes que circula entre 9 y 16 kilómetros sobre la superficie terrestre. "La podemos ver como un río donde el aire discurre a velocidades de 100-250 km/h, con longitudes de miles de kilómetros, pero sólo unos pocos de ancho", añade el experto.
Frío extremo en el este de Europa
La combinación de altas presiones y una profunda borrasca frente a Rusia propiciará la llegada de una masa de aire ártica que impactará en varias zonas del continente. Los modelos meteorológicos estiman que países como Rusia, los Estados Bálticos y el entorno del mar Negro podrán experimentar temperaturas de hasta -20ºC a unos 1.500 metros de altitud.
"En los países más afectados por este episodio de temperaturas gélidas podría nevar prácticamente a cualquier cota, pero las precipitaciones en general no serán significativas debido al carácter continental de la masa de aire, que llegará con escasa carga de humedad", detalla Biener.
¿Afectará la ola de frío a España?
La situación será diferente en nuestro país: "Por ahora, España quedará al margen del frío extremo". Todo apunta a que el invierno climatológico terminará sin episodios de ola de frío, lo que sería el segundo invierno consecutivo sin este tipo de fenómenos.
Las borrascas atlánticas traerán consigo masas de aire templado de origen subtropical, generando temperaturas superiores a las habituales en el suroeste de Europa. "De hecho, a unos 1500 metros se esperan temperaturas anormalmente altas para la fecha en el extremo suroccidental de Europa, un auténtico murallón que impedirá que el aire gélido que afectará al otro extremo del continente pueda penetrar", señala el meteorólogo.
De esta forma, el panorama sugiere que Europa estará dividida en dos extremos climáticos: un frío intenso en el este y temperaturas anormalmente altas en el suroeste. "¿Llegará este año la sorpresa en marzo? Ya lo veremos, pero de momento la mayoría de los últimos inviernos están siendo muy templados o suaves en España", concluye Biener.