El jefe de un bar se pone una reseña a sí mismo tras un mal rato con un grupo de 45 personas que llegó en el cierre
Muchos lo aplauden.

Es lógico y normal que los ciudadanos dejen reseñas en Google después de visitar bares y restaurantes comentando cómo ha ido el servicio, la comida y otros asuntos como el precio.
Lo que no es muy normal es que sea el dueño del local es que se ponga una reseña a sí mismo después de pasar un mal rato con un grupo de 45 personas que se había presentado en su local a las 17:30.
"Soy el propietario y me pongo esta reseña a mí mismo porque este sábado día 30 de abril hemos rechazado a unos clientes que venían a tomar algo a las 17.30. Nos pillan recogiendo para cerrar y con una mesa de seis terminando una copa", ha empezado contando.
Y ha proseguido: "Nos dicen que son 30 y les decimos que no podemos atenderles y se enfadan. Finalmente, después de habernos mentido, resulta que son 45 personas para tomar algo sin previo aviso o reserva y al decirles que no, se enfadan, elevan el tono y dejan entrever la chulería y mala educación que les caracterizaba".
Ha dejado claro que son un restaurante y que "hay un límite": "Creo que hablo en nombre de todos los hosteleros cuando digo que ya no vale me vale la frase 'el cliente siempre tiene la razón'".
"Parece que cuando una persona pisa el suelo de un restaurante, sus derechos se elevan al cielo clamando siervos que le atiendan todas sus peticiones y requerimientos, y no, señores, no es así. Seamos humildes y analicémonos a nosotros mismos para ser mejores clientes, no sólo en hostelería, si no en todos los sectores de los que somos clientes en el día a día. Aprendamos de todas aquellas personas que son buenos clientes, amables, respetuosos y educados, porque de ellos muchos deberían aprender", ha zanjado, llevándose el aplauso de muchas personas.