En Francia hablan del apagón en España: resaltan lo que pasó en un Mercadona de Madrid
Dice mucho de cómo somos.

La península ibérica se fue a negro de golpe, sin que nadie se lo esperase, a las 12:33 de la mañana del lunes 29 de abril. Más de 24 horas parece que todo ha vuelto más o menos a la normalidad pero persisten los fallos en los teléfonos en algunas zonas de España.
El diario francés Le Monde ha elaborado una noticia donde ha dado cuenta de lo ocurrido el lunes en España y Portugal y donde pone el foco en Madrid, donde más población se concentra.
Al inicio de la crónica, titulada Un apagón masivo causa el caos en España y Portugal: "Es una locura sentirse tan vulnerable" , se fijan en algo curioso: lo que ocurrió en un Mercadona de Madrid poco después de que España se apagase.
"Justo debajo, en un supermercado Mercadona alimentado con un generador, los estantes de platos preparados, aquellos repletos de paquetes de agua embotellada, papel higiénico y bolsas de carbón, fueron asaltados", dice el texto.
Curioso porque muchos usuarios en España han hablado también de Mercadona y de la respuesta que dio el gigante valenciano a la crisis ya que gracias a sus generadores pudo seguir ofreciendo servicio a los españoles.
Tras exponer lo que han dicho los expertos —las causas del apagón en la tarde del martes siguen siendo desconocidas— han puesto el foco en cómo fue la gente sobrellevando la falta de electricidad, sobre todo cuando muchos transportes qudaron inhabilitados.
"En Madrid, al igual que en Lisboa, Barcelona y Oporto, el metro también se paró bruscamente, obligando a los pasajeros a caminar sobre las vías para llegar a las estaciones e intentar continuar su viaje en autobuses abarrotados. Los semáforos se apagaron, provocando atascos infernales, sobre todo en la capital española, donde a veces hacía falta más de cinco horas para recorrer veinte kilómetros", dice la crónica.
También habla de aquellos que tuvieron que ir andando del trabajo a casa haciendo trayectos de varios kilómetros.
Por último recoge varios testimonios de un hostelero y de una panadera que cuentan cómo vivieron el apagón —una vendió todo el pan y el otro no pudo abrir porque lo tenía todo eléctrico—.