Jesús Calleja: "Los que se pagan el billete al espacio están regalando información valiosísima a la humanidad"
El aventurero ha charlado con la prensa después de volver del espacio.

Jesús Calleja ha vuelto del espacio totalmente cambiado. Han sido 10 minutos, 100 kilómetros de distancia, horas y horas de entrenamiento pero el aventurero lo ha logrado: se ha convertido en el tercer español en viajar al espacio tras Miguel López Alegría y Pedro Duque.
Siete horas después de su viaje con Blue Origin, empresa del magnate Jeff Bezos, dueño también de Amazon, ha atendido a los medios visiblemente emocionado y con los ojos iluminados.
Ha afirmado que se siente abrumado tras ver el planeta Tierra desde arriba: "No estaba preparado para ver este color. Es un color muy intenso. El negro del Universo no lo había visto nunca".
El aventurero ha repetido que se ha ido al espacio "a trabajar" y que este viaje surge de un gran acuerdo entre Mediaset y Prime Video. Al llegar a la parte más alta se ha sentido "desubicado" porque al quitarse los cinturones él estaba dado la vuelta con respecto a la nave.
Del viaje en sí ha afirmado que la nave en la que iba, la New Shepard, "va más rápido que una bala" pero que están todos "muy bien entrenados" para la ocasión ya que la Fuerza G hace que casi se te desarme el cuerpo. Tal ha sido la emoción que todavía no encuentra palabras para describir lo que ha vivido.
Calleja ha enseñado ante los medios que lleva puestos unos sensores que recogen sus constantes vitales y que sirven después para que las universidades las estudien y sirva para los astronautas del futuro.
"Los que se pagan el billete están regalando información valiosísima a la humanidad", ha defendido el aventurero, que ha contado que gracias a este tipo de viajes al espacio hemos tenido avances muy importantes en la humanidad como, por ejemplo, el velcro.
"Estuve llorando ahí arriba", ha declarado. Como anécdota ha explicado que pensaba que había humedad dentro de la nave pero en realidad eran sus lágrimas. Después "un shock" tan grande que no es comparable ni a subir a la cima del Everest: "Tengo que encajar todas las piezas cuando esté tranquilo y sosegado".
Una vez en tierra tampoco ha podido parar de llorar. Aunque ha intentado recomponerse pero ha sido ver a su hermano y volver a partirse en dos: "Ha sido la felicidad plena". Con la prensa ha compartido varios momentos emotivos y ha llegado a mostrar un valioso premio que muy poca gente tiene: una moneda hecha con material de la misma nave y que le dio su instructor cuando lo vio preparado.

