El metro de Toulouse, en Francia, ha protagonizado un incidente extraordinariamente inusual que ha supuesto daños a los vecinos de la zona. La tuneladora que está ampliando la línea de C de la ciudad francesa ha dejado huella en los edificios de la superficie, los residentes aseguran que algunas de las puertas del bloque no se pueden abrir y las grietas decoran la morada. El responsable del proyecto ha asegurado que "esto es extremadamente raro, porque normalmente se estudian todos los parámetros y se vierte el hormigón para proteger el suelo".

La razón que dan a este fenómeno se basa en una "anomalía geológica" que se produjo cuando la tuneladora chocó contra una bolsa de arena. Los sensores lo detectaron, pero ya era demasiado tarde. Los daños ya han sido notificados y todas las reparaciones correspondientes están encargadas. Los expertos aseguran que no hay ningún riesgo para las viviendas ya que los desperfectos son meramente superficiales.

La empresa de construcción incluso mandó mediadores al vecindario donde se encontraban las casas dañadas para dar las explicaciones pertinentes y responder a todas las preguntas de los vecinos en relación a la construcción de la línea C de metro de la ciudad francesa. Aunque se ha asegurado que este incidente ha sido algo meramente puntual, el temor a que se pueda volver a repetir está encima de la mesa. 

Una vez asegurado el terreno y confirmarse que los desperfectos se encuentran de manera exclusivamente superficial, los vecinos afectados se enfrentan ahora al que es el procedimiento más tedioso de todos: la paciencia para recuperar el buen estado de sus viviendas. Los procedimientos de compensación y la burocracia, al igual que en otros países del entorno, son largos y probablemente tengan que pasar meses hasta que el paso de la tuneladora no se note en la superficie.