Va a un bar de A Coruña, pide estos cuatro platos y celebra lo que acaba pagando: "No lo he vivido nunca"
Precio gallego

Hay turistas que creen haber descubierto América porque en Galicia, uno puede darse un festín, casi en cualquier restaurante, a un precio que da la risa. El último en alucinar con lo obvio, como si hubiera encontrado petróleo, ha sido Noel Horcajada (@noelhorcajadaa), un creador de contenido que se plantó en A Coruña con la camiseta del Deportivo puesta (porque no hay nada que grite más "yo soy de aquí" que lucir el escudo del equipo local, como si fuera un salvoconducto y diera puntos de vecindad) y un apetito que ha acabado haciéndose viral en TikTok. Más de 1,3 millones de personas han visto su vídeo celebrando lo que para un CTV (Coruñés de Toda la Vida) es tan normal como pedir lo de siempre en Casa Manolo O Raxo, un restaurante que lleva 60 años llenando estómagos en O Burgo, y marcharse tan contento de este clásico que se encuentra en el municipio de Culleredo.
“Estoy en shock con lo que me han cobrado en este restaurante. O sea, de cuatro años que llevo creando contenido no he vivido algo así nunca”, arranca Noel, como si en vez de una tortilla de patata al estilo de Betanzos y una sencilla ensalada acabase de descubrir la penicilina. La experiencia, asegura, empieza incluso antes de sentarse a la mesa: porque para conseguir un sitio en Casa Manolo O Raxo hay que pedir turno como en la carnicería. “Nosotros tenemos el 70 y van por el 50. O sea, imaginaos la demanda que tiene”, señala emocionado, como si hubiese entrado en la lista de espera de DiverXO o en el Celler de Can Roca y no en un bar donde la mayor sorpresa es decidir si la tortilla lleva o no cebolla.
Después llega el ritual de muchos restaurantes que tienen más clientes que personal: pan made in Galicia que define como “el mejor de España” para matar el tiempo de una larga espera que desesperaría a cualquiera, menos a un turista que lo graba todo con el móvil y que se arriesga a pedir los únicos cuatro platos que figuran en la carta sin saber lo que les van a cobrar, porque no hay ni carta ni precios escritos, solo camareros que lo recitan de memoria. Con un suspense que ni en una aventura de Pepe Carvalho, llegan a la mesa los dos primeros platos: una ensalada con “tomatitos que son una pasada” y una tortilla “muy finita, poco cuajada, pero sin cebolla”, aunque el entusiasmo que le pone al cortarla es tan desmedido, que cualquiera pensaría que está en pleno festín gastronómico en París y no en un clásico del extrarradio coruñés donde la cebolla divide más que la política.
El raxo, las patatas y la cuenta “histórica”
El plato fuerte llega después, con el dúo infalible de cualquier bar gallego y que es uno de los principales motivos por "los que siempre vuelvo a Galicia": raxo con patatas fritas. Una pareja que acelera tanto sus papilas gustativas, que Noel se pone el traje de un jurado de MasterChef: "No sé cómo algo tan simple puede estar tan bueno", repite sin reparar que la combinación de “cerdo frito en una tonelada de aceite con un poco de pimentón, creo, y ajo” se sirve en bares de carretera, en fiestas patronales y hasta en bodas si se tercia.
Después de tanta épica culinaria, llega el momento de pedir la cuenta. Noel lo enseña a cámara y pone cara de haber presenciado un milagro: 23,85 euros por pedir cuatro platos para dos personas. La cifra le parece tan inverosímil que necesita justificarla, así que pasa un buen rato desgranando cada detalle del ticket como si estuviese leyendo los Papeles de Panamá: “¡Vale más el agua, 2,90, que las patatas fritas!", recalca incrédulo, antes de detenerse en cada línea: tortilla, 5,60 euros; media de raxo, 8,70; patatas caseras 2,45, con una comparación con Madrid que no podía faltar: "Hace un mes en un kebab me cobraron seis euros por unas congeladas", y la ensalada, 3 euros.
El veredicto de TikTok
En TikTok, la reacción de los que han visto el vídeo ha sido bastante menos solemne que la de Noel después de visitar Casa Manolo. “Hacer cola como en una carnicería para comer una tortilla con unas patatas fritas y un poco de raxo. venga hombre…”, resumía Dany Locke, pinchándole con alfiler el globo que había inflado Noel con el menú.
La colleja de Noel no se quedó solamente en lo culinario. La geografía también ha tenido su momento estelar entre los comentaristas: "En La Coruña no estás. En O Burgo, al lado de Coruña. Aquí no decimos vamos a Casa Manolo, sino vamos al Raxo. Por lo demás todo ok”, aclaraba Migue AG, al que Isaac Cabada remataba sin anestesia: “No es Coruña, es Culleredo”. Ni la camiseta del Dépor bastó para librarlo de la lección de toponimia.
El entusiasmo con los precios de Casa Manolo tampoco ha convencido a todos. "Prefiero saber antes los precios y no llevarme sorpresas ni buenas ni malas”, advierte uno de los que ha visto el vídeo, incapaz de aguantar el suspense de las películas de Hitchcock. Y la paciencia, claro, también ha tenido su espacio en el debate: "Si te esperas 2 horas para comer, encuentras buenas hasta las patatas fritas y la ensalada”, soltaba otro con ironía, recordándole que el hambre convierte cualquier cosa en delicatessen.
La guinda del pastel, sin duda, la ha puesto ROSE, que no ha necesitado comparaciones ni metáforas para dejar clara su opinión: “Lechuga gallega! Pan gallego! Patatas gallegas! Precio gallego”. Vamos, que ha tenido que venir un tiktoker desde el otro lado del puerto del Padornelo para descubrir la rueda: en Galicia se come barato y muy bien.
