Va a comer al bar de la estación de Atocha y sale con el cabreo de su vida: "Ahí queda mi denuncia pública"
Cocituber no se puede creer lo que ha pagado y lo malo que estaba.

La estación de trenes de Atocha, ubicada en el centro de Madrid, se ha convertido en un foco de críticas en Google por los precios, más propios de un aeropuerto suizo, y el tipo de comida que sirven allí.
El creador de contenido Cocituber ha grabado cómo ha sido la experiencia en uno de los sitios peor valorados de Google, donde la gente enfatiza lo mal que se come, los precios desorbitados y la poca demanda, ya que sólo está ese bar y pueden pedir lo que quieran por comer, además, saben que es un lugar de paso y que mucha gente quizá no vuelva a pasar nunca más por delante.
Lo primero que ha descubierto Cocituber es que ha tenido que limpiar él mismo la mesa en la que iba a almorzar porque no había nadie para hacerlo. "Un desastre. El mayor acto terrorista jamás visto. Lo primero tienes que buscar una mesa lo menos sucia posible. Comida justa de calidad y cantidad", son algunos de los mensajes que ha leído Cocituber de la gente.
El local, encima está lleno porque no hay nada más. Y la primera en la frente: la botella de agua del tiempo a 4 euros. Otra persona estaba tomando una cerveza que le ha costado 6,75 euros, otro un bocata a 10 euros y 3,50 por un croissant. "Más caro que el billete de tren", comentan.
"Me parece una vergüenza"
El aire acondicionado suelta agua y le han tirado un café al suelo y nadie lo ha recogido. El influencer, además, ha pedido un zumo de naranja de casi 5 euros que está "súper agrio", un mollete con la tortilla congelada a 7,85 euros que está "infumable" y un bocata de jamón por 8,75 con el "pan chicloso".
"No hay otro sitio para comer en Atocha y pueden poner los precios que le salgan de los cojones", ha lamentado. El café con leche descafeinado a 2,85 pero por lo menos se puede beber.
"Me acaban de estafar en la cafetería de la estación de trenes de Atocha por 28 euros. Te recomiendo que te traiga el agua y la comida de casa. Me parece una vergüenza. Ahí queda mi denuncia pública", ha zanjado el experto gastronómico.
