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Despiden a dos trabajadores con más de 20 años de antigüedad con la "prueba del cliente falso"

Despiden a dos trabajadores con más de 20 años de antigüedad con la "prueba del cliente falso"

En la empresa no lo ven con buenos ojos, ya que consideran que buscan el "error" de los trabajadores.

Un trabajador de una panadería saca pan
Un trabajador de una panaderíaGetty Images

Dos empleados con más de dos décadas de servicio en Pam Panorama (empresa italiana que vende pan y productos pasteleros) han sido despedidos tras ser sometidos a la controvertida “prueba del cliente falso”, un mecanismo que los sindicatos describen como una forma de presión psicológica encubierta. El conflicto vuelve a estallar en la región italiana de Toscana apenas unos días después de que un caso similar saliera a la luz en Siena.

La nueva denuncia procede de Uiltucs Toscana, que acusa al grupo de acometer una “purga silenciosa” entre trabajadores veteranos que aún no cumplen los requisitos para jubilarse. Según el sindicato, la empresa estaría sustituyéndolos por nuevos contratos más precarios, recurriendo a expedientes disciplinarios “fabricados” y evaluaciones tramposas con clientes simulados.

La responsable regional de empleo, Serena Bardi, sostiene que se trata de un método “sistemático” que busca apartar a quienes acumulan experiencia y derechos laborales. Habla de un clima de hostilidad creciente: desde admoniciones por faltas menores hasta maniobras para provocar errores en la caja, todo ello con el objetivo de justificar despidos ya decididos de antemano.

Uno de los casos es el de Tommaso, trabajador histórico de la tienda Corea en Livorno. Según Uiltucs, cayó en una auténtica celada durante la llamada “Prueba del Carrito”, en la que inspectores ocultaron productos y generaron situaciones de tensión en la línea de cajas. El resultado fue un expediente disciplinario inmediato que acabó con su salida de la empresa.

El segundo afectado es Davide, también con más de 20 años de trayectoria, que habría sido objeto de un goteo constante de acusaciones infundadas. Bardi describe su caso como una “escalada perfectamente calculada”, destinada a mostrarle la puerta después de décadas de servicio.

Ambas historias, denuncia el sindicato, tienen un denominador común: trabajadores “demasiado jóvenes para jubilarse pero ya considerados prescindibles”. Uiltucs anuncia que llevará los casos a los tribunales para frenar lo que considera prácticas humillantes que vulneran la dignidad laboral y deterioran deliberadamente la estabilidad emocional de los empleados.

El escándalo recuerda al episodio ocurrido días atrás en Siena, donde Fabio Giomi, empleado desde 2012 y delegado sindical, fue despedido tras una prueba similar en la que clientes ficticios escondieron pequeños artículos en su carrito. El método, aún extendido en algunas cadenas, coloca a los cajeros en una situación límite que, según Cgil, responde a decisiones unilaterales de la empresa y a un modelo de control que asimila al personal con agentes de seguridad sin serlo.

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