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Un reconocido medio señala los 5 hábitos 'educados' que odian los responsables de recursos humanos

Un reconocido medio señala los 5 hábitos 'educados' que odian los responsables de recursos humanos

La espontaneidad es tan importante como los buenos modales y la sinceridad a la hora de expresar tus opiniones.

Un candidato durante una entrevista de trabajo.Getty Images

Cuando vas a una entrevista de trabajo, quizás tiendes a ser demasiado correcto o a no mostrarte como tú mismo, sino de la manera que crees que le puede agradar más al entrevistador del departamento de Recursos Humanos de una empresa. Pues es todo un error, según publica Readers Digest. En concreto, señala cinco típicos hábitos demasiado "educados" que repiten a menudo los candidatos a puestos de trabajo y que no les gustan nada a los expertos en recursos humanos. 

El primer es decir “lo siento” demasiadas veces. Todos sabemos que los modales son importantes. Sin embargo, decir “lo siento” con demasiada frecuencia puede dar la impresión de falta de confianza. Por ejemplo, en una entrevista de trabajo, es posible que sientas que tienes que disculparte cada vez que expresas una opinión o cometes un error.

De hecho, por lo general, lo que se está buscando para un empleo es a alguien que sea capaz de mantenerse firme en su opinión y que no sea demasiado vacilante. En lugar de decir “lo siento” una y otra vez, es mejor mostrar confianza y capacidad para explicar la opinión o decisión que tomaste. Por supuesto, si te equivocas, entonces discúlpate sinceramente.

El segundo error es evitar el contacto visual. La cuestión es que muchas personas se sienten incómodas al hacer contacto visual, especialmente con Recursos Humanos, quien puede parecer muy serio. Sin embargo, el hábito de evitar el contacto visual puede dar la impresión de que eres menos abierto o menos seguro. De hecho, el contacto visual adecuado puede mostrar sinceridad, confianza y apertura. Por lo tanto, no dudes mirar de frente a tu entrevistador cuando le hables. Pero tampoco seas demasiado intenso, sólo lo suficiente para que parezcas más seguro y no estés evadiendo.

El tercero es hablar demasiado de ti mismo. En las entrevistas de trabajo, a menudo sentimos que tenemos que demostrar lo geniales que somos, es decir, "vendernos" lo mejor posible.. Sin embargo, si hablas constantemente de tus logros y logros sin darle oportunidad a Recursos Humanos de hablar, esto puede hacerte parecer menos humilde.

Tu interlocutor lo que quiere escuchar es cómo puedes contribuir al equipo o a la empresa, en lugar de escuchar sobre logros personales exagerados. Intenta explicarte de forma equilibrada, dando oportunidad al entrevistador de hacer preguntas y muestra interés en la empresa y el puesto al que estás postulando.

El cuarto error es hacer demasiados cumplidos. Aunque te parezca una buena forma de mostrar cortesía, y puede que lo sea, no deberías ser demasiado "pelota" o harás a la otra persona sentirse incómoda. Incluso si el cumplido es sincero, puede parecer poco sincero y que lo que buscas con ello no es ser sincero sino ganarte su favor. Es mejor que seas natural, hagas los cumplidos que vengan al caso y no sean ni exagerados ni poco sinceros.

Y, finalmente, no te dedique a esperar durante toda la entrevista la aprobación para todo. Este hábito se observa a menudo en personas demasiado cautelosas o demasiado educadas. Cuando se les pide que den una opinión, tienden a buscar primero la aprobación o preguntar si su opinión es bien recibida. Esto puede indicar incertidumbre y dudas y mucha inseguridad. Piensa que, en realidad, el departamento de Recursos Humanos prefiere personas que puedan tomar la iniciativa, dar opiniones claras y demostrar un pensamiento maduro. No es necesario esperar aprobación para cada paso. Demuestra que puedes tomar decisiones y tener una actitud firme.

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Soy redactora en HuffPost España, donde escribo de temas sociales y estilo de vida.

 

Sobre qué temas escribo

Hablo cada semana sobre varios temas en los que nos aporta una nutricionista sus consejos para llevar una vida saludable, sigo los temas de okupaciones en todo el mundo e intento reflejar cómo los problemas y las buenas noticias nos afectan ya de forma global con ejemplos de casos de particulares y poniendo el foco en especial en estudios científicos que demuestren todos los avances que estamos viviendo.

 

Mi trayectoria

Estudié Periodismo en la Universidad Complutense e hice el Máster de Periodismo de la UAM/ELPAÍS, así como el de desarrollo de directivos de PRISA y el IESE. He sido jefa de diversas secciones en EL PAÍS, después, directora de comunicación en diversos organismos, pero, sobre todo, lo que me gusta es escribir. Por eso estoy aquí, para contar historias y buscar temas exclusivos para los lectores. Antes de todo esto, mi especialidad fue durante años la educación. Soy madrileña, de padre catalán y abuelos vascos y de las dos castillas, por lo que me siento de toda España y no entiendo tanta confrontación. Y, sobre todo, me considero muy europea. He recibido el Premio de Periodismo de la Fundación Conocimiento y Desarrollo, así como el Premio de Periodismo Educativo Esteban Barcia. He escrito un par de libros sobre El papel de los padres en el éxito escolar de los hijos.

 


 

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